América Latina

Mapa revela que 4 de cada 10 suelos en América Latina están degradados

Un nuevo relevamiento científico muestra que Colombia y Venezuela concentran más suelos saludables, mientras que Brasil, México, Chile y Argentina enfrentan los focos más críticos.

La salud de los suelos en América Latina y el Caribe dejó de ser una idea abstracta: ahora está disponible en un mapa de alta resolución que permite ver con precisión dónde los suelos conservan su capacidad productiva y dónde se encuentran bajo riesgo de degradación.

El trabajo, publicado en la revista Communications Earth & Environment, fue liderado por investigadores de la Universidad de São Paulo (USP) a través de la ESALQ y el Centro de Investigación en Carbono en Agricultura Tropical (CCARBON). Usando sensado remoto, algoritmos de machine learning y datos de campo geo-referenciados, el equipo logró representar por primera vez la salud física, química y biológica de los suelos a escala regional.

Mapa de salud de suelos en América Latina y el Caribe. En verde, los más sanos; en rojo, los más degradados.

Los resultados son contundentes: 38% de los suelos de la región están degradados, 28% en condición moderada y apenas 34% en buen estado. En términos geográficos, los contrastes son fuertes: Colombia y Venezuela aparecen con la mayor proporción de suelos sanos, mientras que el Nordeste de Brasil, el norte de México y áreas de Chile y Argentina muestran los desafíos más severos.

En cuanto a biomas, los focos críticos se concentran en regiones áridas y de sabanas -como la Caatinga y el Cerrado-, mientras que las zonas húmedas ecuatoriales presentan mejores indicadores. La Amazonia, pese a su exuberante vegetación, exhibe índices de salud de suelo de medios a bajos, lo que expone su vulnerabilidad y la urgencia de medidas de conservación.

Los investigadores identificaron factores intrínsecos clave para definir la salud del suelo: densidad aparente, porosidad total, contenido de carbono y disponibilidad de agua para las plantas. Estos elementos marcan la diferencia entre un suelo capaz de sostener la producción y otro que pierde carbono, estructura y resiliencia frente al clima.

Tecnología y políticas en juego

El valor de este mapeo trasciende lo científico: ofrece una base sólida para orientar políticas públicas e inversiones privadas. El estudio confirma que la deforestación, las malas prácticas de manejo y el cambio climático son motores directos de degradación. Allí donde hay mayor frecuencia de suelos descubiertos -sin cobertura vegetal-, los indicadores de salud caen de forma marcada.

El llamado de los autores es claro: urge adoptar prácticas sostenibles como la siembra directa bien implementada, la restauración de pasturas degradadas y la integración de cultivos de servicio en las rotaciones. También señalan la necesidad de cooperación internacional, estandarización de métodos de monitoreo y más inversión en ciencia y tecnología.

Brasil ocupa un rol central en este tablero. Además de su enorme peso agrícola, el país será anfitrión en 2025 de la COP30 en Belém, tras haber recibido en 2024 el Simposio Latinoamericano de Carbono en Suelos y el Congreso Brasileño de Ciencia del Suelo. En 2026, el 10º Simposio Internacional de Materia Orgánica se celebrará por primera vez en América Latina, organizado por CCARBON. Estos encuentros colocan a la salud del suelo como un tema de productividad, comercio y seguridad climática.

Para el agro, la señal es doble: los suelos degradados limitan la productividad inmediata y reducen la competitividad futura. A la vez, los mercados internacionales avanzan hacia primas de sostenibilidad que favorecen a quienes demuestran buenas prácticas y trazabilidad. En este contexto, medir, mejorar y reportar la salud del suelo deja de ser un lujo académico para convertirse en una condición del negocio.

Palabras de los investigadores

"La salud del suelo es fundamental no solo para la producción agrícola, sino también para el equilibrio de los ecosistemas y para mitigar y adaptarnos al cambio climático", recordó Maurício Cherubin, profesor de la USP y subcoordinador de CCARBON.

Por su parte, el investigador José Alexandre Demattê destacó la relación directa entre suelos expuestos y degradación, mientras que Raul Poppiel, autor principal, subrayó que este trabajo ofrece una base inédita para guiar estrategias de restauración.

Agrolatam.com
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