Opinion

Agro de dos velocidades: ganadería en ascenso y agricultura bajo presión

Mientras la ganadería y la lechería muestran signos de recuperación impulsados por menores cargas impositivas y mayor apertura de mercados, la agricultura enfrenta una presión fiscal asfixiante que compromete su rentabilidad.

Matías Cosenza
Redaccion Agrolatam.com

Una nueva configuración comienza a delinearse en el agro argentino. Se trata de una dinámica de "dos velocidades", donde actividades como la ganadería y la lechería avanzan con mejores perspectivas de negocio, mientras la agricultura continúa enfrentando desafíos estructurales, particularmente en materia tributaria. Esta diferencia, que algunos actores del sector ya denominan como un "desbalance inducido", no es consecuencia del azar sino del enfoque selectivo de las políticas implementadas por el Gobierno nacional.

La gestión de Javier Milei ha mostrado un sesgo hacia la desregulación parcial y la reducción de impuestos en rubros como la producción cárnica y la láctea. En contraste, la agricultura -especialmente los cultivos tradicionales como la soja- permanece bajo una elevada presión fiscal, con retenciones que afectan la competitividad, costos en alza y márgenes negativos proyectados para la próxima campaña en zonas marginales. Esta realidad genera inquietud no solo en los productores, sino en toda la cadena de valor agrícola, que observa con preocupación el deterioro de la rentabilidad.

Ganadería en foco: precios globales y oportunidades comerciales

La ganadería, en tanto, encuentra un contexto más favorable. La recuperación de los precios internacionales de la carne vacuna impulsa el ánimo del sector, que ve en la exportación una vía de crecimiento real y sostenido. China continúa siendo el principal destino, pero el desafío actual es diversificar envíos hacia segmentos de mayor poder adquisitivo dentro del mismo mercado chino, donde la demanda por cortes de calidad y alto valor crece con fuerza.

El optimismo ganadero tendrá su punto alto esta semana con la apertura de la Exposición Rural de Palermo, un evento que no solo muestra genética de punta, sino también el pulso económico del sector. Empresarios del feedlot destacan que, más allá del precio del maíz o del dólar, lo que hoy tracciona el negocio es una baja de los costos laborales y fiscales, sin necesidad de recurrir a devaluaciones abruptas que ya han mostrado sus limitaciones.

La comparación con países vecinos es inevitable. Según datos del Rosgan, Brasil, Paraguay y Uruguay han capitalizado la suba de precios internacionales con crecimientos notables en exportaciones y en facturación. Argentina, si bien mantiene su presencia, todavía enfrenta trabas estructurales que limitan su pleno aprovechamiento del contexto.

La agricultura, el eslabón más castigado

En paralelo, la agricultura argentina transita un momento de fuerte incertidumbre. Lejos de beneficiarse con reformas impositivas o alivios regulatorios, sigue soportando cargas que afectan su competitividad. Las retenciones, los altos costos de los insumos dolarizados, la inflación persistente y la falta de acceso fluido al crédito agropecuario configuran un escenario complejo para los productores agrícolas.

En muchas zonas, especialmente fuera del núcleo pampeano, los márgenes para la soja son negativos, y el maíz apenas se sostiene. La tecnificación y las buenas prácticas agrícolas permiten mantener rendimientos razonables, pero sin políticas que promuevan la inversión y reduzcan el ahogo fiscal, el riesgo de retraimiento en la producción es tangible.

La cuestión sanitaria: un nuevo dilema para la ganadería

Otro frente de debate es la sanidad animal, especialmente en torno a la fiebre aftosa. La decisión del Gobierno de flexibilizar la barrera sanitaria que protegía a la Patagonia del ingreso de carne con hueso generó malestar en la región. La discusión sobre si Argentina está en condiciones de dejar de vacunar, como lo hicieron Brasil y próximamente Paraguay, sigue abierta.

Productores, técnicos y referentes de la sanidad animal advierten que avanzar hacia un cambio en el esquema de vacunación debe ser una política de Estado planificada, y no una medida apresurada. La experiencia del final de los 90, cuando se dejó de vacunar sin previsión, terminó en una crisis sanitaria y comercial que aún se recuerda.

Un campo que necesita equilibrio

La actual asimetría dentro del agro argentino interpela a la dirigencia política y a los tomadores de decisiones. No se trata de enfrentar ganadería versus agricultura, sino de construir un modelo agropecuario integral que fomente el desarrollo de todas las actividades con reglas claras, competitivas y sostenibles.

La ganadería y la lechería pueden ser motores de crecimiento y generación de divisas, pero si se descuida la agricultura, se debilita una de las principales fuentes de ingresos del país. El campo necesita señales claras, estabilidad y un horizonte común para todos sus actores. Porque, en definitiva, cuando al agro le va bien, el país también avanza.