"Ríos voladores" en riesgo: la deforestación del Amazonas amenaza con más sequías en Sudamérica
Científicos advierten que la pérdida de bosques en la Amazonía reduce la humedad que transportan los "ríos voladores", afectando lluvias y provocando sequías en Perú y Bolivia.
La Amazonía enfrenta una amenaza silenciosa que puede redefinir el futuro climático de Sudamérica. Los llamados "ríos voladores", corrientes invisibles de vapor de agua que trasladan humedad desde el océano Atlántico hacia el interior del continente, se están debilitando a causa de la deforestación y el cambio climático.
Un análisis del proyecto MAAP (Monitoring of the Andean Amazon Project), de la organización Amazon Conservation, concluye que la reducción de bosques en Brasil y en países vecinos limita la capacidad del ecosistema de bombear y redistribuir la lluvia. "Si se rompe esa bomba al talar demasiados árboles, las lluvias dejan de llegar a donde se necesitan", advirtió Matt Finer, investigador principal de MAAP.
Impactos en Perú, Bolivia y más allá
Los científicos advierten que el suroeste amazónico, especialmente el sur de Perú y el norte de Bolivia, es una de las regiones más vulnerables a esta alteración. Allí, las sequías ya se hacen más frecuentes y severas, afectando a agricultores, comunidades rurales y proyectos de energía hidroeléctrica.
En los últimos años, las consecuencias se hicieron visibles:
Cultivos en Perú se marchitaron por falta de agua.
Incendios forestales en Brasil arrasaron miles de hectáreas de selva.
Represas hidroeléctricas en Ecuador enfrentaron caídas de caudal que dificultaron el suministro eléctrico.
Los expertos sostienen que, de continuar la tendencia, amplias zonas de la Amazonía podrían transformarse en sabanas secas, con mucho menos arbolado, alterando no solo el clima local sino también los flujos hídricos del continente.
Los bosques como reguladores de la lluvia
El fenómeno de los "ríos voladores" se explica por la capacidad de los árboles amazónicos de captar agua a través de sus raíces y liberarla en forma de vapor a la atmósfera, que luego es transportado en grandes corrientes hacia otras regiones. La pérdida de masa forestal reduce ese ciclo y debilita el transporte de humedad hacia áreas agrícolas y urbanas alejadas del Atlántico.Según el informe, restaurar bosques y detener la deforestación son medidas clave para evitar que la región cruce un punto de no retorno.
La alteración de los ríos voladores no es un problema local: afecta directamente a la seguridad alimentaria, energética y ambiental de Sudamérica. Menos lluvias significan menores rendimientos agrícolas, problemas para la generación de energía hidroeléctrica y mayor vulnerabilidad a incendios y pérdida de biodiversidad.
"El destino de los ríos voladores está atado al futuro de la Amazonía. Lo que ocurra en esta selva impactará en todo el continente", señalaron los investigadores.