Brasil

Cuenta regresiva en Brasil: el pescado y la carne se mueven contra el tarifazo de EE.UU.

Con exportaciones en riesgo y miles de empleos en juego, los sectores de pescado y carne de Brasil aceleran maniobras logísticas y diplomáticas para mitigar el impacto del arancel del 50%. La incertidumbre comercial escala en plena tensión bilateral.

El agro brasileño responde con urgencia ante el nuevo arancel de EE.UU.

Los sectores brasileños de pescado y carne bovina, dos pilares del complejo agroindustrial del país, se movilizan contrarreloj para enfrentar el nuevo arancel del 50% que Estados Unidos aplicará desde el 6 de agosto sobre sus exportaciones. Las empresas están redoblando sus esfuerzos tanto en el plano logístico como en el político para minimizar el golpe económico de una medida que amenaza mercados clave.

Pescado: logística al límite y pedidos de socorro financiero

La Asociación Brasileña de las Industrias del Pescado (Abipesca) estimó que al menos 400 toneladas de pescado podrán ser enviadas a EE.UU. antes del 6 de agosto, con la esperanza de que los productos ingresen en el país y sean gravados recién después de 90 días, cuando ya estén en destino.

Inicialmente, se temía que más de 1.500 toneladas quedaran varadas en contenedores, mayormente en puertos del noreste. Sin embargo, una parte logró redirigirse a otros mercados y el resto -menos de 500 toneladas- permanece en el país.

"El sector ganó seis días hábiles para movilizar parte de su carga. Es una buena noticia, pero apenas una gota en el océano", señaló Eduardo Lobo, presidente de Abipesca. El mayor temor, afirmó, es el futuro: sin un plan de ayuda concreto, el sector perderá competitividad y empleos.

Las industrias del rubro esperan la habilitación de dos medidas oficiales para contener la crisis:

Una línea de crédito de 900 millones de reales para capital de trabajo.

La autorización para redimir aproximadamente 100 millones de reales en créditos fiscales acumulados.

Ambas iniciativas podrían sostener el flujo de caja de las empresas hasta que la situación se estabilice. En juego están 4.500 puestos directos y el sustento de unos 20.000 pescadores artesanales que abastecen al sistema productivo.

El mercado norteamericano: irremplazable y amenazado

Para el pescado brasileño, EE.UU. representa el 70% del total exportado, con un valor estimado de 600 millones de dólares en 2025. Sin ese mercado, el sector queda expuesto. Europa, que podría funcionar como alternativa, mantiene un embargo sanitario desde 2017.

Desde Abipesca no creen en una exención completa, pero sí en una negociación bilateral que equipare los aranceles brasileños con los de Centroamérica y el Caribe, lo que permitiría competir en igualdad de condiciones.

Carne bovina: exportadores presionan desde todos los frentes

El caso de la carne de res es más complejo. Aunque aún no se logra una exención oficial, los importadores estadounidenses iniciaron gestiones ante la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR) y comités del Congreso para defender su inclusión.

La estrategia no es solo institucional: también se apela a los medios de comunicación estadounidenses para visibilizar la importancia del suministro brasileño, especialmente en un contexto de baja oferta interna de ganado para faena.

Los frigoríficos brasileños sostienen que el mercado estadounidense es difícil de sustituir, tanto por los volúmenes como por las características específicas de los cortes que se envían, sobre todo carne magra para hamburguesas.

Actualmente, la carne de res quedó fuera de la lista de exenciones y enfrenta un arancel total (incluido el extra-cuota) de hasta el 76,4%, lo que la vuelve inviable comercialmente.

¿Qué está en juego?

SectorExportaciones a EE.UU.Empleos en riesgoPrincipal amenaza
Pescado70% del total exportado, US$ 600 millones4.500 directos + 20.000 indirectosPérdida de competitividad y mercados
Carne bovinaCortes magros clave para hamburguesasMiles en cadena frigoríficaArancel del 76,4% y nula viabilidad

Brasil negocia, pero el tiempo apremia

La incertidumbre reina mientras el Gobierno brasileño evalúa medidas de emergencia, desde líneas de crédito hasta renegociaciones comerciales. 

El impacto va más allá del comercio: expone la vulnerabilidad externa del agro brasileño y la necesidad de diversificar destinos y fortalecer acuerdos multilaterales. Para muchos, la lección es clara: depender de un solo mercado, incluso si es el mayor del mundo, es un riesgo estratégico.

Agrolatam.com
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