Perú

Chancay impulsa los arándanos peruanos en China, pero la producción local limita la ventana

El nuevo puerto redujo los tiempos de envío y mejoró la frescura de la fruta. Sin embargo, la cosecha temprana china presiona el mercado y acorta las oportunidades para Perú.

Los arándanos peruanos han encontrado un impulso clave en el mercado chino gracias a la apertura del Puerto de Chancay, que acortó de manera significativa los tiempos de tránsito hacia Asia y mejoró la frescura de la fruta al llegar a destino. Este cambio logístico, que redujo el viaje marítimo de entre 30 y 40 días a apenas 25, se ha convertido en una ventaja competitiva en un mercado cada vez más exigente y dinámico.

La temporada coincidió con la celebración del Festival de Medio Otoño, una de las fechas de mayor consumo de frutas en China. Este año, el festival cayó el 6 de octubre, dos semanas más tarde de lo habitual, lo que permitió al mercado absorber mejor los volúmenes de fruta importada y sostuvo la firmeza en los precios durante las semanas previas. La demanda de arándanos se incrementó de manera sostenida a medida que se acercaba la celebración, generando un escenario más favorable para los exportadores peruanos luego de un inicio con dificultades.

En efecto, durante las primeras semanas de la campaña, el mercado chino estuvo abastecido con abundante producción doméstica. Esta oferta local presionó los precios a la baja y redujo la rentabilidad de los embarques provenientes de Perú, lo que obligó a limitar los envíos en el arranque de la temporada. Con la llegada de octubre y la cercanía del festival, el panorama cambió: los arribos aumentaron, la calidad de la fruta se mantuvo estable y las ventas comenzaron a repuntar en los principales centros de distribución, en especial Shanghái, que concentra cada vez más la recepción de contenedores.

El empresario Andy Xie, de Shanghai Junli International Trading Company, destacó que la apertura de Chancay "ha permitido preservar mejor la frescura, aumentar los volúmenes y ganar ventaja competitiva". Según explicó, el hecho de contar con una ruta más corta genera confianza en los compradores y abre nuevas posibilidades de expansión comercial.

Sin embargo, el escenario hacia adelante no está libre de desafíos. Por un lado, la producción peruana se encuentra por debajo de lo esperado, lo que limita la disponibilidad de fruta y contribuye a sostener los precios en niveles estables. Por otro, la creciente sofisticación de la producción temprana de arándanos en China empieza a reducir la ventana de oportunidad para los exportadores sudamericanos. La tecnología aplicada en los cultivos locales permite que parte de la cosecha esté disponible ya a mediados o fines de noviembre, justo cuando Perú aún busca colocar volúmenes importantes en el mercado asiático.

Esta combinación plantea un dilema para el comercio internacional. Mientras que la mejora logística favorece a los arándanos peruanos en términos de calidad y tiempos de llegada, la competencia local acorta el espacio de mercado y obliga a pensar en estrategias de diversificación. El país andino mantiene una ventaja en el abastecimiento de contraestación, pero debe lidiar con un escenario en el que China apunta a cubrir más temprano su propia demanda con producción nacional.

La consolidación de canales de venta como el comercio electrónico y la distribución mayorista refuerza la necesidad de contar con fruta fresca y constante, lo que convierte al factor logístico en un componente crítico de la competitividad. Para los exportadores, la clave será sostener la calidad, cumplir con los plazos de entrega y explorar nuevas ventanas de consumo que permitan mitigar la presión de la oferta interna china.

En este contexto, el Puerto de Chancay aparece como una pieza estratégica no solo para el comercio de arándanos, sino también para otras frutas peruanas como las cerezas y las uvas, que comparten destino en los mismos mercados asiáticos. La reducción de tiempos fortalece la imagen de Perú como proveedor confiable y con capacidad de adaptación a las exigencias internacionales.

Aun así, la advertencia es clara: el avance de la producción china seguirá acotando la ventana disponible para los arándanos importados. La respuesta dependerá de la capacidad de Perú de innovar en variedades, asegurar trazabilidad y consolidar acuerdos comerciales que le permitan sostenerse en un mercado cada vez más competitivo. Por ahora, los precios se mantienen firmes, la demanda estacional actúa como respaldo y la calidad de la fruta llega a buen nivel. El desafío, de aquí a 2026, será defender ese espacio frente a un gigante que cada vez juega más en su propia cancha.

Agrolatam.com
Esta nota habla de: