Brasil

El mercado del arroz en Brasil se enfría con baja liquidez

En Rio Grande do Sul, las operaciones de arroz paddy se ralentizaron en medio de incertidumbre, precios internacionales a la baja e intervenciones oficiales que distorsionan el mercado.

En Rio Grande do Sul, principal estado productor de arroz de Brasil, las operaciones del grano paddy se mantuvieron en niveles reducidos durante la última semana. Un informe del Cepea (Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada) señala que la falta de dinamismo responde a un escenario de incertidumbre, marcado por la caída de los precios internacionales y la intervención del gobierno federal a través de subastas de contratos de opción de venta, fijados a valores superiores a los vigentes en el mercado.

Los investigadores destacan que, frente a esta combinación de factores, los productores optaron por esperar antes de cerrar nuevos compromisos de venta. Las industrias, por su parte, siguen enfrentando dificultades en la colocación del arroz elaborado en el mercado interno, lo que limita su disposición a pagar precios más atractivos por el grano en cáscara.

Un mercado expectante

Durante toda la semana, las operaciones se concentraron en lotes ya depositados en las unidades de procesamiento, pero en volúmenes pequeños. La estrategia predominante entre los agentes ha sido la cautela, en un contexto donde los precios del arroz en el mercado externo tienden a la baja y los costos internos -fertilizantes, energía y transporte- se mantienen elevados.

El programa de subastas implementado por el gobierno buscó dar respaldo a los productores en medio de la volatilidad, ofreciendo contratos de opción de venta a valores más altos que los del mercado. Sin embargo, esta política generó efectos ambiguos: mientras algunos productores ven en ella un mecanismo de protección, otros prefieren esperar a ver cómo se acomodan los precios, temiendo una distorsión en la formación de valores y en la fluidez de los negocios.

Brasil en el mapa global del arroz

Brasil ocupa un lugar particular en el comercio internacional del cereal. Si bien es un importador neto -principalmente desde Paraguay, Uruguay y Argentina-, también es un proveedor relevante en determinados nichos y momentos del año. Rio Grande do Sul concentra cerca del 70 % de la producción nacional y define el pulso del mercado interno.

En este contexto, la falta de liquidez genera preocupación tanto para la cadena exportadora del Mercosur, que encuentra a Brasil como destino clave, como para los compradores locales, que ven más difícil negociar condiciones claras. Analistas señalan que una eventual prolongación de la cautela podría repercutir en los flujos comerciales de la región y en la competitividad frente a competidores asiáticos.

Industria presionada

Las industrias arroceras continúan enfrentando limitaciones para colocar el arroz elaborado en un mercado doméstico con consumo estable y con precios sensibles para el consumidor final. El arroz es un alimento básico en la dieta brasileña, lo que obliga a equilibrar el sostenimiento de márgenes para la industria con el acceso a precios accesibles para la población.

El actual escenario presiona a los molinos, que encuentran dificultades para trasladar costos hacia adelante y, a la vez, deben negociar con productores que prefieren retener su mercadería. En este punto, el mercado se mueve en un círculo de espera: los agricultores evitan vender barato y las industrias se abstienen de elevar sus ofertas, reduciendo así el volumen de las operaciones.

De cara a los próximos meses, el mercado del arroz en Brasil seguirá de cerca la evolución de los precios internacionales, el impacto de las políticas gubernamentales y el comportamiento de los productores en la salida de la cosecha. En el plano externo, la oferta abundante de países asiáticos ejerce presión bajista, mientras que en el Mercosur la incertidumbre sobre la dinámica comercial con Brasil condiciona la planificación de exportadores vecinos.

La combinación de estos factores refuerza la idea de que el arroz brasileño atraviesa una fase de alta sensibilidad, donde las decisiones locales tienen repercusiones inmediatas en toda la región. Para los analistas, la clave será lograr un equilibrio entre el respaldo a los productores, la sostenibilidad de la industria y la estabilidad de precios para los consumidores.

Agrolatam.com
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