Nuevo banco regional de antígenos fortalece la lucha contra la fiebre aftosa
Con la creación del BANVACO, la OPS y los países de la región aseguran un suministro estratégico de antígenos y vacunas para responder a emergencias sanitarias y proteger el avance hacia la erradicación de la fiebre aftosa.
La sanidad animal en las Américas suma un nuevo instrumento estratégico. Desde este mes, entra en funcionamiento el Banco Regional de Antígenos para la Fiebre Aftosa (BANVACO), una iniciativa coordinada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a través de su centro especializado PANAFTOSA, que busca reforzar la capacidad regional de respuesta ante eventuales brotes de esta enfermedad viral altamente contagiosa.
El BANVACO no es una instalación física, sino una red de laboratorios proveedores que almacenan antígenos listos para ser formulados en vacunas de emergencia. Este enfoque permite una reacción rápida, flexible y rentable en caso de crisis, evitando pérdidas millonarias y preservando tanto la salud animal como la seguridad alimentaria.
Durante la primera reunión del consejo directivo, realizada los días 28 y 29 de agosto, se definió el esquema de funcionamiento y la participación de países miembros. Brasil, Ecuador y Paraguay ya forman parte del consejo, representados por el MAPA, AGROCALIDAD y el SENACSA, respectivamente. La OPS subrayó que cualquier país de la región, ya sea libre de fiebre aftosa con o sin vacunación, puede integrarse a la red.
El director de la OPS, Jarbas Barbosa, destacó que se trata de un compromiso político y operativo sin precedentes: "BANVACO es un paso audaz hacia una región más preparada y cohesionada, garantizando el acceso al despliegue rápido de vacunas en caso de emergencia para preservar la salud animal y el bienestar de las comunidades".
La fiebre aftosa puede tener consecuencias socioeconómicas devastadoras. Un brote en el continente no solo comprometería la seguridad alimentaria, sino también el comercio internacional de carne y productos pecuarios, con pérdidas anuales estimadas en miles de millones de dólares. Por ello, aunque la reintroducción del virus en las Américas es poco probable, los países mantienen un alto nivel de preparación.
En los últimos años, la región ha logrado avances históricos en el marco del Programa Hemisférico de Erradicación de la Fiebre Aftosa (PHEFA). Brasil y Bolivia fueron reconocidos recientemente por la OMSA como países libres de fiebre aftosa sin vacunación, y actualmente cerca del 80% del hato bovino de las Américas se encuentra en países con ese estatus. Otro 18% corresponde a territorios libres con vacunación y apenas un 2% aún no cuenta con reconocimiento oficial.
La vacunación de emergencia se considera la herramienta más efectiva para controlar un brote, ya que reduce la necesidad de sacrificios masivos y mitiga las pérdidas económicas. Sin embargo, su implementación requiere contar con reservas estratégicas de antígenos, lo que hace del BANVACO una pieza clave para blindar a la región.
La creación del banco regional responde también a las recomendaciones de foros especializados como la COSALFA, el COHEFA y la RIMSA, que durante años insistieron en la necesidad de consolidar una infraestructura preventiva común. Con el BANVACO en marcha, se fortalece la cooperación hemisférica, se asegura la continuidad del estatus sanitario y se salvaguarda el progreso alcanzado tras décadas de trabajo.
El desafío ahora será garantizar el financiamiento sostenido, la actualización tecnológica y la integración de más países, para que el continente esté preparado ante cualquier contingencia que pueda amenazar el futuro del ganado sudamericano y la confianza internacional en sus productos.