Agricultura

Bioenergía: el INTA impulsa un biodigestor para transformar residuos en energía y fertilizantes

Un desarrollo conjunto con la UNLP busca dar soluciones a la producción agropecuaria de pequeña escala, generando biogás y enmiendas orgánicas a partir de desechos caprinos.

En el predio de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el INTA puso en marcha un biodigestor tubular flexible que marca un paso importante hacia la producción agropecuaria sostenible. El dispositivo, diseñado junto a la empresa cordobesa Rappachiani, permite transformar residuos orgánicos de origen caprino en bioenergía y fertilizantes naturales, aportando una solución concreta a los desafíos de la eficiencia energética y la gestión ambiental en establecimientos de pequeña escala.

El sistema busca el tratamiento integral de efluentes, generando biogás para reducir el consumo de combustibles fósiles y un digerido utilizable como enmienda agrícola, fortaleciendo la producción de alimentos con menor impacto ambiental. Por sus características, se presenta como una alternativa viable para entornos periurbanos y para productores ganaderos de baja escala.

En paralelo, el proyecto sumó el desarrollo de un deshidratador de alimentos, orientado a evaluar la eficiencia del secado del bagazo cervecero, un subproducto problemático para la gestión de las cervecerías artesanales de La Plata. Desde la Facultad ya se trabaja en su incorporación como ingrediente de alimento balanceado para cabras y conejos, cerrando el círculo de un modelo de aprovechamiento integral de residuos.

Según explicó Fernando Ocampo, investigador del INTA especializado en energías renovables, una de las principales innovaciones está en el protocolo de monitoreo y digitalización del proceso. "Automatizamos el control de variables críticas como la temperatura, el pH, la alcalinidad y la concentración de ácidos grasos volátiles, que son determinantes para el buen funcionamiento de la biodigestión anaeróbica y la producción estable de biogás", indicó. La digitalización, además, permite un seguimiento en tiempo real, trazabilidad integral y una respuesta rápida ante anomalías, garantizando estabilidad y calidad en el sistema.

Por su parte, Paula Olaizola, coordinadora de la iniciativa, subrayó que el proyecto apunta a generar tecnologías de bajo impacto ambiental que fortalezcan la producción de proteína animal en sistemas intensivos y al mismo tiempo promuevan la seguridad alimentaria y el bienestar animal. "No solo incorporamos soluciones técnicas, también trabajamos en la prevención de enfermedades zoonóticas y en el diseño de modelos más resilientes", destacó.

La experiencia ya se replica en la Escuela Agraria N.º 1 de San Vicente, y contempla la provisión de servicios de diseño, implementación y capacitación para módulos ganaderos compactos, destinados tanto a productores familiares como a municipios que apuesten por esquemas sostenibles. De esta forma, el INTA consolida su rol como generador de innovaciones tecnológicas que articulan producción, ambiente y territorio, promoviendo una agricultura circular que convierte los residuos en recursos útiles para una matriz agropecuaria más eficiente y resiliente.

Agrolatam.com
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