Bolivia

Bolivia impulsa la primera cadena del sorgo y proyecta expandir el área de siembra

Con la meta de diversificar la producción y fortalecer el agro, el país articula la primera cadena productiva de sorgo e impulsa medidas para ampliar las hectáreas cultivadas. Productores, industria y Estado unen fuerzas para potenciar este cereal estratégico.

En un movimiento estratégico que busca fortalecer la seguridad alimentaria y mejorar la competitividad del agro nacional, Bolivia ha dado el puntapié inicial a la articulación de la primera cadena productiva del sorgo, un cereal de enorme potencial para la alimentación animal y la industria. La iniciativa, presentada recientemente por autoridades del sector agropecuario, incluye acciones para ampliar la superficie de siembra en las principales zonas productoras del país.

Según las autoridades, el sorgo ofrece ventajas notables para la economía rural, ya que es un cultivo adaptable a condiciones climáticas adversas, con alta resistencia a la sequía y con costos de producción relativamente bajos. Esto lo convierte en una alternativa sostenible para diversificar la oferta agrícola, especialmente en áreas donde otros granos presentan mayores riesgos.

El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, junto a representantes de la agroindustria, asociaciones de productores y expertos en agronomía, delinearon las primeras líneas de trabajo para consolidar la cadena del sorgo. Entre los puntos clave figuran el acceso a semillas certificadas, el acompañamiento técnico para pequeños y medianos productores, y la creación de esquemas de financiamiento que permitan garantizar un crecimiento ordenado y rentable del cultivo.

"Bolivia tiene la oportunidad de aprovechar mejor el sorgo, integrando toda la cadena de valor desde el productor hasta el consumidor final. Esto incluye la transformación industrial, la comercialización y el acceso a nuevos mercados, tanto internos como de exportación", señalaron desde el sector privado.

Las proyecciones son alentadoras: se estima que el área cultivada de sorgo podría crecer significativamente en las próximas campañas agrícolas si se consolida la articulación de actores y las políticas de apoyo productivo. Actualmente, las hectáreas dedicadas a este cereal son limitadas en comparación con otros cultivos, pero los técnicos consideran que la demanda de sorgo para consumo animal y elaboración de insumos industriales abre un campo enorme para expandirse.

Otro factor destacado es la resiliencia del sorgo frente a fenómenos climáticos extremos, lo que podría ser clave ante escenarios de variabilidad y estrés hídrico cada vez más frecuentes en el territorio boliviano. Esta característica lo posiciona como un cultivo estratégico para mitigar riesgos productivos y proteger el ingreso de las familias rurales.

En paralelo, se trabaja en la formación de capacidades y en la transferencia de tecnología agrícola que permita elevar los rendimientos, optimizar el manejo de suelos y aplicar buenas prácticas agrícolas con un enfoque sostenible. Las autoridades anunciaron capacitaciones, asistencia técnica permanente y mecanismos de coordinación público-privada para asegurar el éxito de esta estrategia.

Asimismo, se están planificando políticas de incentivo a la industrialización del sorgo, para generar valor agregado y fomentar empleos en las zonas productoras. Esto incluye potenciar cadenas de transformación para alimentos balanceados, harinas, bioetanol y otros derivados que puedan representar nuevas oportunidades de negocio y de desarrollo económico regional.

El plan, presentado como una oportunidad para fortalecer la soberanía alimentaria y avanzar en la diversificación productiva del país, forma parte de una visión de mediano y largo plazo donde se busca una mayor independencia en la provisión de alimentos y materias primas estratégicas.

Los productores de distintas regiones expresaron optimismo y destacaron el respaldo estatal a través de políticas de crédito, incentivos y apoyo técnico. Coincidieron en que la coordinación entre todos los eslabones de la cadena será esencial para consolidar un modelo productivo inclusivo y competitivo.

La primera cadena del sorgo en Bolivia se proyecta, de este modo, como un nuevo motor para el agro nacional, integrando innovación, sustentabilidad y oportunidades de mercado. Con ello, se espera que el sorgo vuelva a ocupar un lugar relevante en la matriz agrícola boliviana, favoreciendo la resiliencia de las familias productoras y aportando al crecimiento del sector agroindustrial en su conjunto.

Agrolatam.com
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