Emergencia zoosanitaria en Bolivia: medidas para contener el brote de gripe aviar en Cuevo
El Senasag declaró emergencia tras detectar un foco de influenza aviar en aves de traspatio en Santa Cruz. Se encapsuló la zona, se prohibió el movimiento de aves y se refuerzan los controles de bioseguridad para proteger la producción comercial.
El Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) declaró una emergencia zoosanitaria en Bolivia tras confirmar un brote de gripe aviar en aves de traspatio en el municipio de Cuevo, en el departamento de Santa Cruz. La medida busca frenar la propagación del virus y proteger a la avicultura comercial, uno de los sectores más dinámicos de la producción agroalimentaria del país.
La zona donde se registró el brote fue encapsulada desde el fin de semana, con brigadas del Senasag y del Servicio Departamental Agropecuario (Sedacruz) desplegadas para controlar el foco. Entre las primeras medidas adoptadas se destacan:
Prohibición del movimiento de aves vivas y productos avícolas hacia y desde la zona afectada.
Refuerzo de los controles de bioseguridad en predios cercanos.
Monitoreo de fauna silvestre, dado que se presume que el virus ingresó a través de aves migratorias que frecuentan la región.
Según el presidente de la Asociación Nacional de Avicultores (ANA), Omar Castro, la rápida intervención permitió contener la emergencia en su punto de origen. "Esperamos que en los próximos días la situación esté bajo control. Por el momento, y gracias a Dios, no ha trascendido de esa zona", indicó.
Distancia de las granjas comerciales
Las autoridades remarcaron que las granjas comerciales no se encuentran dentro del área de riesgo inmediato. El centro productivo más cercano está a 80 kilómetros y otras explotaciones avícolas se ubican a más de 150 kilómetros del brote. No obstante, esto no significa relajamiento: se han activado estrictos protocolos de bioseguridad en toda la región.
Entre las acciones aplicadas en las granjas se incluyen:
Control del ingreso y salida de personas y vehículos.
Fumigación de camiones y equipos.
Instalación de filtros sanitarios, como duchas obligatorias al entrar y salir de las instalaciones.
El Senasag trabaja de forma conjunta con el Ministerio de Medio Ambiente, que participa en el monitoreo de aves silvestres en la zona, para evaluar la magnitud de la amenaza. La colaboración con gobiernos departamentales y el sector privado busca garantizar que la emergencia se mantenga focalizada y no afecte a la producción avícola a gran escala.
El brote se atribuye a la presencia de aves migratorias, que en su tránsito pueden portar el virus y transmitirlo a aves domésticas. Este factor refuerza la necesidad de mantener medidas permanentes de vigilancia epidemiológica y prevención.
Relevancia económica y sanitaria
La avicultura boliviana es un sector estratégico para la seguridad alimentaria, con fuerte presencia en la dieta nacional a través de la carne de pollo y los huevos. Un brote descontrolado de gripe aviar podría generar graves impactos económicos y sociales, afectando no solo a productores, sino también a los consumidores por un eventual desabastecimiento o alza de precios.
La declaratoria de emergencia zoosanitaria es, por lo tanto, una medida preventiva que habilita recursos y protocolos especiales para frenar la enfermedad. A nivel internacional, Bolivia sigue los lineamientos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que recomienda actuar de manera rápida y contundente para evitar la diseminación del virus.
Aunque el foco está bajo control, el Senasag y el sector privado insisten en la importancia de mantener la alerta. El encapsulamiento de Cuevo, las restricciones de movilidad y las medidas de bioseguridad en granjas comerciales son herramientas claves para asegurar que el brote no avance.
El desafío será sostener estos esfuerzos mientras se completan los análisis epidemiológicos y se monitorea el posible desplazamiento de aves migratorias en otras regiones del país. Para los productores, la prioridad es garantizar la inocuidad y la continuidad de la producción avícola, manteniendo la confianza de los mercados internos y externos.