Brasil

El trigo se recalienta en Brasil: sube el precio en plena incertidumbre por la cosecha

Con el dólar al alza y previsiones de una producción menor, el precio del trigo brasileño se dispara y enciende alertas entre los molinos. ¿Qué impacto tendrá en el mercado interno y en las importaciones?

El trigo volvió al centro del escenario agrícola brasileño con una suba sostenida de precios que comienza a inquietar a la industria molinera. En plena siembra del cereal de invierno, la combinación de un dólar más fuerte y previsiones de cosecha menores ha provocado un aumento en los valores internos del grano, revirtiendo la tendencia bajista que dominó gran parte del primer semestre.

Según un informe de Cepea/Esalq, las cotizaciones del trigo vienen ganando fuerza desde junio, con un impulso claro en julio. El principal motor ha sido la depreciación del real frente al dólar, lo que vuelve más costosas las importaciones y empuja la demanda hacia el producto nacional, especialmente en un año donde los precios internacionales también están bajo presión.

A esta dinámica se suma un cambio en las perspectivas productivas. Aunque aún es temprano para consolidar cifras, las primeras proyecciones indican una reducción en el área sembrada y en el potencial de rendimiento del trigo 2025/26 en regiones clave del sur de Brasil. El menor interés de los productores en sembrar trigo -frente a cultivos de invierno más rentables o menos riesgosos- también se vincula con los precios insatisfactorios que se observaron en la última zafra.

Los estados de Paraná y Rio Grande do Sul, que concentran la mayor parte de la producción brasileña, ya muestran signos de una implantación más lenta de lo habitual, sumado a condiciones climáticas que podrían afectar el desarrollo vegetativo del cereal.

El nuevo contexto cambia las estrategias de los molinos, que hasta hace poco confiaban en una sobreoferta local para mantener sus niveles de procesamiento sin sobresaltos. Ahora, con una producción potencialmente menor y un tipo de cambio desfavorable para importar, las industrias podrían verse obligadas a pagar más por el trigo nacional.

En este escenario, la valorización del trigo en Brasil podría continuar en los próximos meses, impulsada por la demanda interna y la incertidumbre productiva. Las exportaciones seguirán siendo marginales, y se espera que las importaciones desde Argentina y Paraguay cobren mayor protagonismo, aunque también sujetas a los vaivenes cambiarios.

Brasil es históricamente un importador neto de trigo, y los movimientos en su mercado interno tienen efectos inmediatos sobre los precios de la harina y, por ende, sobre una larga cadena de productos básicos como panificados, galletas y pastas.

Aunque por ahora los aumentos no se trasladaron de forma contundente al consumidor final, la industria panadera y alimentaria observa con atención esta evolución. Cualquier salto adicional en los costos podría reabrir el debate sobre márgenes, precios regulados y medidas compensatorias.

En paralelo, desde las entidades del agro insisten en que es fundamental avanzar en políticas de incentivo para estabilizar el cultivo de trigo en el país, incluyendo seguros agrícolas más eficientes, acceso a insumos a precios razonables y mejoras logísticas en las zonas productoras.

Con los próximos meses como clave para consolidar el potencial de la zafra 2025/26, el mercado sigue en alerta, y el trigo brasileño se perfila como uno de los focos más sensibles de la campaña agrícola de invierno.

Agrolatam.com
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