Brasil enfría las ventas futuras de soja en medio de la pulseada comercial global
Con la siembra de la campaña 2025/26 recién en marcha, los agricultores brasileños desaceleran los negocios a plazo. La incertidumbre sobre China y el rumbo de los precios internacionales frena las decisiones de venta.
La campaña de soja 2025/26 en Brasil arranca con un ritmo de ventas futuras más lento que en años anteriores. La combinación de un mercado internacional cargado de incertidumbre y la falta de definiciones en la relación comercial entre China y Estados Unidos llevó a los agricultores a adoptar una estrategia de espera, apostando a precios más favorables en los próximos meses.
En septiembre, los compromisos a plazo apenas superaron el 20% de la producción prevista, cuando el promedio histórico ronda entre 25% y 30%. En estados como Mato Grosso, donde tradicionalmente la comercialización anticipada es más dinámica, el porcentaje cayó hasta el 22%, lejos del habitual 35%.
Los productores explican su decisión en dos factores centrales: por un lado, el estancamiento del dólar en torno a R$5,40, que reduce el atractivo de cerrar negocios hoy; y por otro, la incógnita sobre si China retomará compras significativas de soja estadounidense. Desde mayo, el gigante asiático no ha recibido embarques desde EE. UU., abasteciéndose principalmente con mercadería de Brasil y Argentina.
Entre enero y agosto, las compras chinas en Brasil alcanzaron cerca de 66 millones de toneladas, un 8% más que en igual período de 2024, mientras que las importaciones desde Estados Unidos retrocedieron casi un 8%. Esta situación refuerza la posición brasileña en el mercado, aunque la sobreoferta global y la presión bajista en Chicago moderan las expectativas de una suba inmediata en los precios.
Los analistas advierten que el bajo nivel de ventas anticipadas puede convertirse en un problema cuando avance la cosecha: si una parte importante de la producción llega junta a los puertos, las primas podrían desplomarse y arrastrar los precios internos a la baja. La estrategia de esperar, señalan, podría ser contraproducente si el mercado internacional no ofrece un repunte en el corto plazo.
Al mismo tiempo, el Departamento de Agricultura de EE. UU. estima que la próxima cosecha norteamericana rondará los 117 millones de toneladas, apenas por debajo del ciclo anterior, lo que limita las chances de una recuperación de precios por falta de oferta.
En contraste con la cautela generalizada, algunas grandes explotaciones brasileñas lograron mantener un nivel de ventas cercano al 50% de su producción prevista, en línea con promedios históricos. Sin embargo, en el grueso del mercado prevalece la expectativa de que Chicago reaccione y que el real vuelva a perder terreno frente al dólar, dos variables que podrían mejorar la ecuación de los agricultores.
Con un contexto internacional incierto y sin señales claras desde la negociación comercial entre Washington y Pekín, la decisión de postergar ventas se extiende entre los productores brasileños. El riesgo está en que la ventana de oportunidad se cierre y el mercado castigue la abundancia de oferta cuando la cosecha llegue masivamente a los silos y terminales portuarias.