El Canal de Panamá, puente estratégico para el comercio agrícola de América Latina
La cooperación entre Panamá y EE.UU. en seguridad, infraestructura y agua asegura la continuidad de este corredor vital para la soja, el maíz, el café y la carne latinoamericana.
El Canal de Panamá es mucho más que una obra de ingeniería. Para los países de América Latina, se ha consolidado como un puente estratégico para el comercio agrícola, permitiendo que productos como soja, maíz, carne bovina, banano y café lleguen de manera más competitiva a los principales mercados del mundo.
A 48 años de la firma de los Tratados Torrijos-Carter (1977), que devolvieron a Panamá la soberanía sobre la vía interoceánica, el Canal continúa siendo una pieza clave del sistema agroalimentario global. Desde su ampliación en 2016, la infraestructura puede recibir buques de mayor tamaño, lo que refuerza su capacidad para transportar grandes volúmenes de commodities agrícolas hacia Estados Unidos, Europa y Asia.
Hoy, el Autoridad del Canal de Panamá (ACP) administra el paso con eficiencia reconocida, garantizando neutralidad y acceso a todas las naciones. El Canal moviliza entre 5% y 6% del comercio marítimo mundial, y buena parte de esa cifra corresponde a alimentos y materias primas agrícolas.
La continuidad de este corredor comercial depende también de la cooperación en materia de seguridad. Panamá coordina con Estados Unidos, a través del Comando Sur (SOUTHCOM), en acciones destinadas a proteger el Canal frente a amenazas como el narcotráfico, el terrorismo y la pesca ilegal.
Los ejercicios conjuntos PANAMAX y UNITAS incluyen escenarios de protección de la vía, lo que resulta esencial para los productores agrícolas latinoamericanos: cualquier interrupción afectaría directamente los envíos de alimentos, aumentando los costos logísticos y reduciendo la competitividad regional.
El comandante Luis Antonio De Gracia, director del Servicio Nacional Aeronaval (SENAN), destacó que la cooperación ha sido decisiva para "garantizar la seguridad del Canal frente a amenazas tradicionales y emergentes, incluyendo los ciberataques". En 2025, la ACP y SOUTHCOM firmaron un acuerdo pionero en ciberseguridad, con el fin de blindar los sistemas digitales que controlan el paso de embarcaciones.
Agua y clima: desafíos comunes al Canal y al agro
La importancia del Canal para el agro no se limita a la logística. También hay un componente hídrico que conecta directamente con la producción agrícola. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. (USACE) colabora desde hace dos décadas con la ACP en proyectos de adaptación al cambio climático y sostenibilidad del agua, un recurso indispensable para el funcionamiento de las esclusas.
En abril de 2025, ambos países firmaron un memorando de entendimiento sobre gestión del agua, clave en un contexto de sequías vinculadas a El Niño, que han reducido los niveles de los lagos que alimentan el Canal. El mismo fenómeno climático afecta directamente a la agricultura en la región, provocando pérdidas en cultivos como maíz, caña de azúcar y arroz.
Este tipo de cooperación, que combina seguridad logística con sostenibilidad hídrica, muestra cómo el Canal y el agro comparten desafíos frente al clima. Mantener la operatividad de la vía también significa asegurar el flujo de exportaciones agrícolas latinoamericanas hacia mercados globales.
La interrupción del Canal por problemas de seguridad o clima tendría un efecto inmediato en la cadena agroalimentaria mundial. Brasil y Argentina, grandes exportadores de soja y maíz, dependen del paso por Panamá para abastecer a Asia. Colombia y Centroamérica utilizan la ruta para enviar café y banano, mientras que Estados Unidos la emplea para movilizar cereales y carne hacia el Pacífico.
El reciente involucramiento del USACE en proyectos de drenaje y alcantarillado en Colón también tiene un impacto indirecto en la agricultura, al mejorar la resiliencia de zonas logísticas que sostienen la salida de productos agroindustriales.
Para el analista internacional Federico Rabino, del Instituto Fernando de la Mora en Paraguay, la presencia estadounidense en Panamá refleja una "dinámica renovada de cooperación que fortalece no solo al Canal, sino también a los sectores productivos que dependen de él, en particular la agricultura latinoamericana".
A casi medio siglo de los Tratados Torrijos-Carter, el Canal de Panamá se mantiene como símbolo de soberanía panameña y de cooperación internacional. Su seguridad, modernización e infraestructura están íntimamente ligadas al futuro del comercio agrícola regional.
Para productores y exportadores, cada inversión en seguridad, agua o logística es una garantía de que la soja brasileña, el café colombiano, el banano ecuatoriano o la carne paraguaya llegarán a destino de manera segura y competitiva. El Canal es, en definitiva, un eslabón esencial de la cadena agroalimentaria global, sostenido por una relación bilateral que combina diplomacia, seguridad y visión de futuro.