Chile enfrenta 42 focos de mosca de la fruta y riesgo para su temporada exportadora
El aumento de brotes de la plaga preocupa a gremios y autoridades, que advierten posibles cierres de mercados si no se logra contener la situación antes de octubre.
El sector agrícola chileno atraviesa un momento de máxima alerta. El incremento de focos de mosca de la fruta -o mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata)- ha encendido las alarmas en gremios y autoridades ante el riesgo de que la plaga impacte la próxima temporada de exportaciones frutícolas, programada para octubre.
Según datos del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), actualmente se registran 42 brotes activos desde Arica hasta Chimbarongo, en regiones como Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana y O'Higgins. La cifra marca un fuerte incremento respecto a los 28 focos detectados en mayo y casi duplica los 23 casos erradicados durante todo 2024.
Chile mantiene desde 1995 el estatus de país libre de mosca de la fruta, un logro que el SAG atribuye a estrictos controles sanitarios, pero que hoy enfrenta una presión creciente por el ingreso ilegal de productos agrícolas a través de la zona norte. Solo en el primer semestre de 2025 se interceptaron 258.411 kilos de productos agropecuarios ingresados sin autorización, de los cuales 226.674 kilos fueron frutas y verduras.
Contrabando, fronteras vulnerables y riesgo comercial
En una reunión de emergencia con el subsecretario de Agricultura, Alan Espinoza, representantes de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Frutas de Chile y Fedefruta coincidieron en que la situación es inédita.
Antonio Walker, presidente de la SNA, la calificó como "una gran emergencia nacional" y advirtió que la plaga puede generar costos por medidas cuarentenarias, tratamientos de frío e incluso cierres de mercados. Según Walker, "nunca en la historia de Chile habíamos tenido 42 focos de mosca de la fruta" y la causa está en la combinación de pasos fronterizos ilegales, contrabando de material vegetal y animal, y ausencia de trazabilidad en el comercio informal.
Por su parte, Víctor Catán, presidente de Fedefruta, señaló que los principales focos de ingreso provienen de Perú y Bolivia hacia el norte chileno, sumados a los accesos por pasos fronterizos con Argentina y cruces irregulares. "La seguridad también debe estar en nuestras fronteras. Y por nuestra frontera hoy pasa de todo", recalcó.
A esta problemática se suma un fenómeno creciente: el contrabando masivo de huevos desde Bolivia. Entre enero y junio de 2025, el SAG decomisó más de 1 millón de unidades, superando el total anual de 2023 y acercándose al récord de 2024.
Objetivo: reducir los focos a la mitad antes de la temporada
El desafío inmediato para el sector es llegar a septiembre u octubre con no más de 20 focos activos, para minimizar el riesgo durante la temporada de exportaciones. Catán advirtió que si los brotes se mantienen o aumentan, "se condiciona seriamente la temporada" y podría peligrar el estatus sanitario que sostiene el comercio frutícola chileno.
Walker coincidió en que perder la condición de país libre de mosca de la fruta sería un golpe crítico, interrumpiendo envíos a mercados clave y afectando negociaciones comerciales. Iván Marambio, presidente de Frutas de Chile, agregó que, aunque la situación no pone en riesgo inminente la temporada 2025-2026, sí requiere reforzar las medidas de control y prevención, así como dotar al SAG de mayores facultades legales para sancionar el contrabando.
Entre las propuestas discutidas en la reunión figuran el endurecimiento de penas y multas, la confiscación de medios de transporte utilizados en contrabando y la coordinación interministerial para reforzar los controles en las fronteras.
Juan Pablo Matte, secretario general de la SNA, destacó que "el trabajo conjunto entre gremios, autoridades y el SAG es clave para contener la plaga, proteger la producción y resguardar la competitividad del sector frutícola chileno".
Con la temporada exportadora a la vuelta de la esquina, el tiempo corre en contra. El éxito de las medidas dependerá de la rapidez y eficacia con que se apliquen, en un escenario donde la sanidad vegetal no es solo un requisito técnico, sino un factor determinante para el acceso y permanencia en los mercados internacionales.