Chile enfrenta el reto de sostener el liderazgo mundial en exportación de cerezas
Con más de 80.000 hectáreas en producción y un récord de 135 millones de cajas exportadas, la industria chilena de la cereza busca reforzar calidad y consistencia para mantener precios y competitividad en los mercados internacionales.
La fruticultura chilena ha consolidado un prestigio internacional como proveedora de alimentos confiables, seguros y de alta calidad. Este reconocimiento se ha cimentado en décadas de esfuerzo conjunto entre productores, exportadores y autoridades, y encuentra en la cereza a su principal representante actual.
Con más de 80.000 hectáreas en producción, Chile se ha transformado en el mayor exportador mundial de cerezas, un rubro que dinamiza las economías rurales y ha puesto a la fruta en la mesa de consumidores desde China hasta Europa y Norteamérica.
La última campaña dejó cifras históricas: se exportaron 135 millones de cajas de cerezas, el mayor volumen registrado hasta ahora. Sin embargo, este logro vino acompañado de un fuerte ajuste en los precios, que cayeron más del 33 % respecto al año previo.
El fenómeno encendió una alerta en el sector: la masividad del producto no siempre se traduce en mayores retornos. Los mercados internacionales, en particular el chino -destino principal de las cerezas chilenas-, han comenzado a premiar la excelencia y castigar los envíos que no cumplen con estándares de sabor, tamaño y frescura.
Para la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), el gran desafío de la industria no es solo sostener volúmenes, sino garantizar consistencia en la calidad. "Nuestra mejor promoción es ofrecer una experiencia de consumo única, con frutas de gran tamaño, color atractivo y frescura intacta, incluso tras cruzar el océano Pacífico", señalaron desde la entidad.
La recomendación es clara: potenciar la exportación de buenos calibres y categorías, priorizando la satisfacción del consumidor por sobre la presión de sacar al mercado grandes volúmenes sin discriminación.
Competencia global en aumento
El escenario internacional agrega complejidad. Países como Australia, Turquía y Estados Unidos expanden su producción y buscan posicionarse como alternativas, mientras la demanda mundial muestra cierta saturación en temporadas de alta oferta.
Para mantener su liderazgo, Chile debe combinar innovación tecnológica, logística eficiente y unidad sectorial. La industria coincide en que el trabajo colaborativo entre productores, exportadores y autoridades es indispensable para evitar que la caída de precios se repita y erosione la rentabilidad del negocio.
La cereza chilena es hoy un emblema del desarrollo agroexportador, pero también un espejo de los desafíos que enfrenta la fruticultura nacional: competir no solo en cantidad, sino en calidad, trazabilidad y sostenibilidad.
Si logra adaptarse a las nuevas exigencias del consumidor global, Chile podrá sostener su posición como líder indiscutido en el mercado de cerezas, consolidando a este fruto como uno de los principales embajadores del campo chileno en el mundo.