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¿Una vaca en el fondo del mar? El experimento que reveló secretos ocultos del océano en China

No fue una escena bizarra ni un acto de crueldad: un grupo de científicos lanzó una vaca muerta al mar de China para simular el hundimiento de una ballena. El resultado sorprendió incluso a los expertos.

Un cadáver bovino, una hipótesis marina

El inusual experimento fue ideado por un equipo de investigadores encabezado por el científico Han Tian. Para simular el colapso de una ballena en aguas profundas, lanzaron el cuerpo de una vaca muerta frente a la isla de Hainan, en el mar de China Meridional. El objetivo era observar cómo reaccionan los carroñeros marinos ante una fuente súbita de alimento en un entorno prácticamente inexplorado.

Y los resultados no se hicieron esperar: ocho ejemplares del tiburón dormilón del Pacífico (Somniosus pacificus) -una especie jamás documentada en esa región- aparecieron atraídos por la carne.

Un nuevo mapa para una vieja especie

Hasta ahora, este tiburón solo había sido avistado desde Japón hasta Alaska y el norte de Baja California. Su presencia en el sur de China plantea serios interrogantes sobre su distribución geográfica. ¿Es consecuencia del cambio climático? ¿O simplemente faltaban estudios en la zona?

El equipo cree que la segunda opción es más probable: la falta de datos sistemáticos ha ocultado durante años poblaciones estables de esta especie en el suroeste del mar de China.

Tiburones con modales y jerarquía

Uno de los hallazgos más llamativos fue el comportamiento alimenticio de los tiburones. En lugar de competir violentamente por la carroña, se turnaban ordenadamente para alimentarse, mostrando una organización inesperada en grandes depredadores.

Los videos submarinos también revelaron diferencias según el tamaño: los ejemplares más grandes (de más de 2,7 metros) se aproximaban con mayor confianza, mientras que los más pequeños se movían con cautela, describiendo círculos alrededor del cadáver.

Adaptaciones sorprendentes y parásitos extraños

Los tiburones dormilones exhibieron una conducta de retracción ocular al alimentarse, posiblemente para protegerse al carecer de membrana nictitante. Además, varios presentaban copépodos parásitos adheridos a los ojos, un rasgo que también comparten con los tiburones de Groenlandia.

Un ecosistema más vivo de lo que se pensaba

El cadáver de la vaca no solo atrajo tiburones. También aparecieron peces caracol y grandes cantidades de anfípodos, revelando una biodiversidad abisal insospechada en estas aguas tropicales. Contrario a lo que se creía, los investigadores sostienen que los océanos profundos del trópico pueden ser tan productivos como los polares.

Más allá del morbo: ciencia y conservación

El uso de una vaca como análogo de ballena resultó ser una herramienta científica eficaz para explorar zonas inaccesibles del planeta. En un contexto de crisis climática y presiones humanas crecientes sobre los océanos, estos estudios permiten comprender cómo se comportan especies clave en ecosistemas extremos.

Este experimento, por insólito que parezca, abre nuevas preguntas sobre la ecología marina, la evolución de los depredadores y el papel de la ciencia en lugares donde el ojo humano rara vez llega.

Agrolatam.com
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