China evalúa reabrir compras de pollo a Brasil tras inspección en Río Grande do Sul
China enviará una misión sanitaria a Río Grande do Sul tras el brote de influenza aviar, y en Brasil crece el optimismo por reabrir el comercio de pollo, aunque la decisión final dependerá de Pekín.
Una delegación sanitaria china aterrizará este mes en Río Grande do Sul para verificar las condiciones de bioseguridad luego del brote de influenza aviar en mayo. El gigante JBS se mostró optimista sobre un reinicio de ventas "pronto", aunque la decisión final dependerá de Pekín. Brasil, elegido por la FAO para albergar una reunión internacional sobre gripe aviar, busca capitalizar su ventaja sanitaria y recomponer el comercio.
Brasil espera que la auditoría in situ de autoridades chinas en Río Grande do Sul sea el punto de inflexión para normalizar el flujo de carne avícola hacia su principal mercado asiático. La visita se produce tras las suspensiones comerciales aplicadas luego del foco confirmado en una granja de reproductoras en mayo, un episodio que encendió alarmas en compradores de todo el mundo y obligó a reforzar los protocolos en granjas y plantas.
El CEO de JBS, Gilberto Tomazoni, planteó que Pekín evaluará el estado sanitario del Estado antes de resolver cualquier reapertura. "Las conversaciones siguen abiertas", señaló durante un evento del sector, y aunque evitó dar fechas, admitió ser optimista respecto de que las exportaciones podrían retomarse una vez concluida la inspección. Si el dictamen es favorable, el mercado podría habilitar nuevos embarques en el corto plazo, siempre sujeto a la aprobación regulatoria china.
La expectativa empresarial se asienta en dos factores: por un lado, Brasil contuvo el brote y evitó daños sistémicos en su industria intensiva -a diferencia de Europa y Estados Unidos, donde grandes complejos sufrieron pérdidas significativas-; por otro, la FAO eligió al país para organizar este año un encuentro internacional sobre prevención y control de influenza aviar, reconociendo sus medidas de vigilancia y capacitación. Para Jorge Meza, representante de la agencia en Brasil, el país está en posición de compartir experiencia en monitoreo, formación y coordinación transfronteriza, una pieza clave para proteger el suministro de alimentos y el comercio internacional.
En el frente operativo, la bioseguridad de granjas a cielo abierto sigue siendo el talón de Aquiles. Productores de sistemas "cage-free" y de campo mantienen mayor exposición a aves silvestres, vectores del virus. Meza advirtió que la expansión hacia unidades con menor control sigue siendo un riesgo para el conjunto de la cadena, por lo que gobiernos y empresas deberán sostener inversiones en vigilancia, trazabilidad y respuesta rápida.
El telón de fondo es un negocio de escala global. Brasil exporta pollo a cerca de 150 destinos, y si bien varios países levantaron restricciones tras declararse contenido el episodio en junio, China aún no reabrió. Para los exportadores brasileños, recuperar ese canal es vital para equilibrar precios y planificar faena y logística de cara al último trimestre. En lo inmediato, frigoríficos y productores integrados siguen operando con protocolos reforzados y planes de contingencia para sostener la oferta sin comprometer estándares sanitarios.
Qué mirar en las próximas semanas:
El informe de la misión china en Río Grande do Sul, con foco en bioseguridad de granjas, cadenas de frío y sistemas de trazabilidad.
La respuesta regulatoria de Pekín, que podría incluir reaperturas parciales por plantas o regímenes de certificación específicos.
La agenda FAO en Brasil, que servirá como termómetro de cooperación regional y plataforma técnica para armonizar protocolos en el Cono Sur.
Para el agro latinoamericano, el caso brasileño redefine el estándar: contener focos, blindar la industria y alinear a todo el ecosistema -desde granjas de pequeña escala hasta multinacionales- será decisivo para asegurar mercados en un contexto de alerta sanitaria permanente.