Colombia se rezaga frente al boom exportador latinoamericano que impulsa China
Mientras Brasil, Perú, Chile y México aprovecharon la demanda asiática con estrategias sectoriales, Colombia redujo sus exportaciones y carece de un plan para insertarse en las cadenas globales de valor.
En la última década, América Latina vivió una expansión exportadora sin precedentes, apoyada en la demanda de China como motor estratégico. Países como Perú, Chile, Brasil y México lograron crecer a tasas anuales superiores al 3 %, con políticas sectoriales claras y alianzas público-privadas. Colombia, en cambio, quedó rezagada, con una caída promedio del 1 % en sus exportaciones entre 2014 y 2024, que hoy apenas representan el 11,8 % del PIB, frente al 26,5 % del promedio regional.
Los motores regionales
Chile y Perú duplicaron la participación de China como destino de sus exportaciones, que ya concentran cerca del 70 % de los envíos mineros, con el cobre como protagonista.
Brasil consolidó su agroindustria -soja, carnes y cereales- gracias a programas de crédito, investigación y logística coordinados entre el Estado y el sector privado.
México se apoyó en el programa IMMEX para fortalecer su manufactura, especialmente automotriz y de autopartes, con más del 80 % de sus exportaciones dirigidas a Estados Unidos.
Colombia, en contraste, se mantuvo dependiente del petróleo, cuyas exportaciones se redujeron un 4,6 % anual en la última década por menores precios, inversión y políticas restrictivas de exploración. Las ventas no tradicionales crecieron, pero no compensaron el desplome del crudo.
Falta de narrativa exportadora
Un informe de Corficolombiana señala que el rezago colombiano no responde solo a factores externos, sino a la ausencia de una estrategia para insertarse en las cadenas globales de valor. Sectores como la agroindustria y la minería no han diversificado destinos ni productos con valor agregado.
Mientras tanto, la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha reforzado la presencia de China en la región con inversiones en puertos, logística y energía. Proyectos como el puerto de Chancay en Perú o la terminal agrícola en Santos (Brasil) redefinen la infraestructura regional. En Colombia, el Metro de Bogotá se erige como un proyecto emblemático, pero la falta de un marco regulatorio claro plantea riesgos.
Oportunidades y riesgos
La FAO proyecta que Brasil, Argentina y Paraguay consolidarán su rol como potencias agrícolas, mientras que la demanda mundial de minerales críticos como cobre y litio se multiplicará en las próximas décadas, liderada por Chile y Perú. En ese tablero, Colombia aún no define su lugar.
El informe advierte que el país corre un doble riesgo: seguir perdiendo espacio frente a sus vecinos más dinámicos y quedar expuesto a la rivalidad geopolítica entre Estados Unidos y China, con amenazas de descertificación comercial y restricciones a proyectos financiados con capital chino.
El reto colombiano
La experiencia regional muestra que los países que prosperaron lo hicieron con políticas claras, alianzas público-privadas y estrategias de inserción internacional definidas. Para Corficolombiana, Colombia necesita un plan de desarrollo productivo que articule sectores estratégicos -como agroindustria, minería e infraestructura- con las oportunidades que abre China, sin descuidar los vínculos con Estados Unidos ni la integración regional.
Sin esa hoja de ruta, el país corre el riesgo de quedar fuera del auge exportador latinoamericano y sin capacidad de respuesta en un mundo que se mueve a gran velocidad.