Colombia

La porcicultura se afianza en Colombia: entre el crecimiento económico y los retos de sostenibilidad

El consumo de carne de cerdo en Colombia casi se ha triplicado en dos décadas y la porcicultura ya es el tercer sector del agro. Pero su consolidación abre retos en bienestar animal, sostenibilidad ambiental y formalización, que universidades, gremios y productores empiezan a abordar.

La porcicultura en Colombia ha dejado de ser un actor secundario para consolidarse como el tercer sector del agro nacional. En las últimas dos décadas, el consumo de carne de cerdo pasó de 4 kilos por persona al año a cerca de 11 kilos, y hoy el sector genera más de 262.000 empleos directos, según cifras del DANE.

El auge es tan significativo que, en términos económicos, duplica el peso del gremio cafetero dentro del agro colombiano. "El crecimiento debe asumirse como una oportunidad de mejora constante en la forma en que se produce y se comercializa", sostiene Jeffrey Fajardo, presidente ejecutivo de Porkcolombia.

No obstante, el despegue del sector no está exento de problemas. Uno de los más graves es el sacrificio clandestino: cerca del 30 % de los cerdos en Colombia se sacrifican fuera de los canales legales, lo que representa unos tres millones de animales al año en condiciones precarias, incluso con matarifes a domicilio. Desde Porkcolombia aseguran que se han comenzado a cerrar las puertas a quienes mantienen estas prácticas.

El sector también enfrenta cuestionamientos sobre el bienestar animal, el impacto ambiental y la falta de infraestructura formal en varias regiones. En departamentos como Santander y Córdoba, a pesar de contar con una importante producción porcina, no existen plantas de beneficio adecuadas, lo que dificulta avanzar hacia una producción plenamente formalizada.

La academia como motor de cambio

Ante estos retos, la academia y los gremios están sumando esfuerzos. En las últimas semanas, Porkcolombia y BIBO de El Espectador organizaron una gira por instituciones como la Universidad de La Salle (Bogotá), la Universidad Nacional (Palmira, Valle del Cauca), la Universidad de Caldas (Manizales) y el SENA (La Salada, Antioquia).

El objetivo fue debatir sobre cómo garantizar que la porcicultura avance con tecnología, conocimiento y sostenibilidad. "Para 2050 el mundo tendrá 10.000 millones de habitantes, y alimentar a esa población será un desafío enorme. Esto presionará los recursos naturales y obligará a encontrar sistemas más sostenibles", explicó Leonardo Roa, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de La Salle.

Estudiantes, investigadores y productores coincidieron en que la "Una sola salud", que conecta la salud humana con la animal, debe guiar las prácticas en las granjas, reduciendo el uso excesivo de antibióticos y priorizando el bienestar animal.

Las universidades están formando profesionales para mejorar la asociatividad entre pequeños productores y validar conocimientos ancestrales con apoyo científico. En palabras de Jaime Betancourt, decano de la Unisarc, "la clave es articular saberes y profesionalización para elevar la competitividad del sector".

Las nuevas generaciones son vistas como actores estratégicos. "El mundo necesita proteína y aquí tenemos un potencial enorme. Los jóvenes cuentan con herramientas científicas y tecnológicas que pueden aplicar directamente en las granjas", afirmó el productor antioqueño Augusto Osorno.

En paralelo, investigadores como Marlyn Romero (Universidad de Caldas) y Sara López (Universidad de Antioquia) desarrollan modelos y guías para asegurar el bienestar de los animales, desde su estancia en las granjas hasta el transporte y sacrificio. "Entre mayor sea el bienestar, mejor será la producción", señaló López.

El sector ya aplica tecnologías de inteligencia artificial para conteo y seguimiento de animales, y promueve el uso de biodigestores que transforman desechos en energía. Incluso, algunas granjas ya venden energía a la red eléctrica nacional.

Porkcolombia, por su parte, impulsa la investigación desde el Centro de Excelencia en Investigación Porcícola en Bogotá, con pruebas especializadas y convocatorias de innovación para responder a los problemas territoriales.

La FAO estima que hay más de 1.000 millones de cerdos en sistemas productivos a nivel mundial, lo que refleja la importancia global de esta proteína. En Colombia, la porcicultura está llamada a jugar un rol aún más central: el gremio proyecta que, en 15 años, el sector podría ocupar el primer lugar en peso económico dentro del agro.

El reto será sostener este crecimiento sin descuidar la sostenibilidad ambiental, la formalización de procesos y la confianza de los consumidores. Como sintetizó Mario Peña, vicepresidente técnico de Porkcolombia: "Cuando buscamos reducir las brechas de seguridad alimentaria, la proteína animal es esencial. Y el cerdo es el campeón de la eficiencia".

Con innovación, academia y nuevas generaciones a la cabeza, Colombia empieza a tejer el futuro de un sector que ya no es emergente, sino estratégico para el agro nacional.

Agrolatam.com
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