Comercio Agrícola América Latina: Impacto del Acuerdo de Suspensión del Tomate en México-EE.UU.
El acuerdo de suspensión del tomate entre México y EE.UU., vigente desde 2019, expira el 14 de julio de 2025, lo que podría desencadenar aranceles del 20,91% al tomate mexicano. Analizamos cómo este cambio puede afectar cadenas de valor agroalimentarias, precios FOB/CIF, inversiones, infraestructura de exportación, y el rol de la tecnología en lograr resiliencia.
El sector tomatero mexicano, clave en las exportaciones agroalimentarias de América Latina, enfrenta una disrupción significativa. Al expirar el Acuerdo de Suspensión el 14 de julio de 2025, Estados Unidos reinstaurará aranceles antidumping del 20,91% sobre los tomates frescos procedentes de México. Esto plantea un desafío a la integración regional, la seguridad alimentaria y la competitividad tanto para pequeños productores como para grandes exportadores.
Panorama Comercial Regional
México exportó en 2023 tomates por un valor de USD2.988millones, con el 99,8% destinado al mercado estadounidense. En 2024, las ventas alcanzaron los USD3.234millones, representando el 86% de las importaciones de tomate fresco en EE.UU. La finalización del acuerdo no solo reinstaurará barreras arancelarias, sino que también podría rediseñar flujos comerciales consolidados, alterar rutas logísticas clave y debilitar las cadenas de valor agroalimentarias de la región.
Este escenario tiene implicancias múltiples para la balanza comercial regional, especialmente en un contexto donde las exportaciones agroalimentarias representan una fuente crítica de divisas y empleo. Además, otros países exportadores de la región podrían verse afectados indirectamente ante una reconfiguración del mercado norteamericano.
Factores Clave y Barreras
El Acuerdo de Suspensión vigente desde 2019 permitía a los exportadores mexicanos evitar investigaciones antidumping, siempre que cumplieran con precios de referencia y auditorías. Con su expiración, EE.UU. activará medidas automáticas, entre ellas la imposición de un arancel del 20,91%, además de exigir pagos anticipados por concepto de derechos.
Uno de los mayores impactos recaerá sobre los costos operativos. Las empresas que hoy garantizan sus exportaciones con fianzas de aproximadamente USD50 anuales, deberán reemplazarlas por cartas de crédito que podrían ascender a millones de dólares. Esta medida afecta especialmente a productores medianos y pequeños, quienes podrían quedar fuera del mercado ante la imposibilidad de cumplir con los nuevos requisitos.
Asimismo, las regulaciones fitosanitarias, los subsidios locales y las normas técnicas seguirán siendo fuentes de barreras no arancelarias. La falta de infraestructura portuaria y vial adecuada en regiones productoras de México profundiza la problemática, reduciendo eficiencia logística y aumentando los costos FOB.
Innovación, Tecnología y Sustentabilidad
En este contexto, la innovación y la tecnología emergen como herramientas clave para sostener la competitividad. Cerca del 70 a 90% de los tomates consumidos en EE.UU. son cultivados bajo agricultura protegida. El tomate madurado en vid gana terreno frente al verde gaseado, por lo que la diferenciación de variedades, la trazabilidad, y el valor agregado son tendencias en ascenso.
México ya ha avanzado en la tecnificación del cultivo, pero la necesidad de aumentar la inversión en invernaderos, control biológico, eficiencia hídrica y agricultura digital es urgente. Los exportadores que logren certificar calidad, seguridad y sustentabilidad ambiental podrán preservar cuotas de mercado incluso bajo mayor presión arancelaria.
La adopción de herramientas digitales para gestión de cultivos, monitoreo climático, y trazabilidad de la cadena agroalimentaria no solo mejora la eficiencia productiva, sino que también fortalece la imagen-país frente a los consumidores globales, cada vez más exigentes en cuanto a huella hídrica, carbono y origen responsable.
Retos y Oportunidades Futuras
El fin del acuerdo podría derivar en un alza significativa de precios al consumidor en EE.UU. Según proyecciones universitarias, los precios del tomate maduro podrían incrementarse entre un 40 y 85%, afectando tanto a supermercados como a restaurantes.
Este aumento repercutirá directamente en la demanda, reduciendo la competitividad del tomate importado y favoreciendo temporalmente a productores locales estadounidenses. Sin embargo, estos últimos aún dependen en gran medida de variedades verdes y procesos postcosecha que no satisfacen plenamente las nuevas tendencias de consumo.
Por otra parte, el posible retiro del mercado de productores mexicanos medianos plantea riesgos socioeconómicos importantes. Se estima que hasta 500.000 trabajadores podrían verse afectados, en su mayoría en estados del noroeste mexicano como Sinaloa y Baja California.
A nivel diplomático, México ha solicitado la apertura de nuevas negociaciones a través de SADER y la SRE. Existe expectativa de alcanzar un nuevo acuerdo antes del 14 de julio que evite la aplicación inmediata de aranceles. A esto se suman otros procesos paralelos, como investigaciones en curso sobre pollo y cerdo mexicanos, que podrían influir en las conversaciones bilaterales.
Las decisiones que se adopten en los próximos días marcarán el rumbo del comercio agroalimentario bilateral, con efectos en las estrategias de diversificación de mercados y el posicionamiento de México y la región en el sistema agroexportador global.