Crisis en el Agro Peruano: Pesca y Agricultura Frenan el Crecimiento Económico
La economía de Perú creció solo un 1,4% en abril, muy por debajo del 2,1% proyectado. El desplome en los sectores de pesca (-24%) y agricultura (-8%) pone en duda la viabilidad de alcanzar la meta oficial de crecimiento del 3,5% para 2025
La economía peruana mostró signos de desaceleración en abril, al registrar un crecimiento interanual de apenas 1,4%, frente a la expectativa de los analistas que anticipaban un 2,1%. Esta diferencia refleja un freno inesperado en la dinámica productiva del país, particularmente por la contracción del sector pesquero y agrícola, dos pilares históricos del comercio exterior peruano.
El sector pesquero, clave en las exportaciones de harina y aceite de pescado, sufrió una caída del 24%. Esta baja abrupta se explica por la finalización del pico de captura de anchoveta, especie estratégica para la industria. La menor disponibilidad de materia prima impacta directamente en las cadenas de valor agroalimentarias y reduce la capacidad de Perú para responder a la demanda internacional.
El retroceso del 8% en agricultura refleja más que un efecto estacional: responde a desafíos estructurales como la variabilidad climática, el alza en los precios de insumos, la limitada tecnificación y deficiencias en infraestructura vial y logística de exportación. Estos factores comprometen la competitividad de productos emblemáticos como café, espárragos, uvas y palta, afectando su trazabilidad y acceso a mercados exigentes.
El Gobierno mantiene su meta de 3,5% de crecimiento para 2025, pero la debilidad mostrada por el agro y la pesca genera dudas fundadas. Mientras tanto, el Banco Central de Reserva (BCRP) optó por mantener la tasa de interés de referencia en 4,5%, en un intento por equilibrar control inflacionario y reactivación. Sin embargo, el margen de maniobra es cada vez más estrecho.
Para analistas y actores del sector agroexportador, el escenario actual exige medidas inmediatas: desde mejoras en sistemas de irrigación, incentivos para la sustentabilidad, hasta el fortalecimiento de la resiliencia ante eventos climáticos extremos. Además, se demanda una visión estratégica para la diversificación de mercados, mayor integración regional y aprovechamiento pleno de acuerdos comerciales como el T-MEC, Alianza del Pacífico y tratados bilaterales con EE. UU., la UE y Asia.