Mercados

Chiquita en la cuerda floja: el futuro incierto del banano en Panamá

En medio de un conflicto laboral que derivó en despidos masivos y pérdidas millonarias, el Gobierno panameño busca reabrir el diálogo con Chiquita Brands para reactivar la producción bananera en Bocas del Toro.

La reciente paralización de operaciones de Chiquita Brands en Bocas del Toro ha encendido las alarmas en el sector agroexportador panameño. El Ministerio de Comercio e Industrias, encabezado por Julio Moltó, inició conversaciones con la multinacional estadounidense con el objetivo de restablecer la producción bananera en una de las provincias clave para el comercio exterior del país.

La salida de la compañía se produjo tras una huelga declarada ilegal por el juzgado laboral de la quinta sección de Changuinola, en el contexto de las protestas nacionales contra reformas a la Caja del Seguro Social. La filial local, Chiquita Panamá, junto a Ilara Holding, anunció el despido de más de 5.000 trabajadores tras el "abandono injustificado de labores". Según la empresa, las medidas fueron precedidas por reiterados llamados a retomar la actividad para evitar daños en la producción.

El impacto económico no se hizo esperar. Chiquita cifró las pérdidas en US$75 millones, con consecuencias "irreversibles" para las plantaciones. Esta situación no solo ha afectado el tejido productivo local, sino que podría comprometer la banca comercial del banano en Panamá, uno de los productos de mayor tradición exportadora del país.

En declaraciones a la prensa, Moltó remarcó que el Gobierno panameño está "trabajando para tender puentes de diálogo" y que aún existe interés en que la empresa continúe operando en el país. Sin embargo, no descartó abrir la puerta a otras inversiones del sector. "Si no es esa empresa, será otra. Pero vamos a hacer todo lo posible para que Chiquita vuelva, invierta y reactive el empleo", sostuvo.

El ministro también subrayó que la crisis no es atribuible ni al Gobierno ni a la multinacional, sino a lo que calificó como una intransigencia sindical que entorpeció las negociaciones. El conflicto evidencia las tensiones estructurales entre las demandas laborales, las inversiones extranjeras y la política pública.

A pesar del panorama, las cifras oficiales muestran que las exportaciones de banano crecieron 50,7% en el primer trimestre del año, contribuyendo al 5,2% de crecimiento del PIB panameño. No obstante, los analistas coinciden en que la situación en Bocas del Toro podría revertir esa tendencia positiva si no se restablecen las operaciones o se encuentran alternativas productivas.

"Aún sin cobre y sin el banano, vamos a continuar impulsando la economía", afirmó optimista Moltó. No obstante, el futuro del sector bananero, y su capacidad para sostener empleo, exportaciones y desarrollo regional, sigue dependiendo de una negociación que hoy está lejos de cerrarse.

Agrolatam.com
Esta nota habla de: