Cuba

Mujeres rurales en Cuba: más voz, más tierra y más futuro

Organizaciones e instituciones cubanas intensifican las acciones para fortalecer el papel de la mujer rural en el desarrollo agrícola y comunitario. La capacitación, el acceso a recursos y la visibilidad de su labor están en el centro de una agenda que avanza con enfoque de género y sostenibilidad.

En Cuba, el rol de la mujer rural cobra cada vez más fuerza dentro del entramado productivo, social y comunitario. A través de programas de formación, acceso a recursos productivos y promoción de liderazgos femeninos, diversas organizaciones están impulsando una transformación con rostro de mujer en los campos de la isla.

Durante un encuentro reciente en La Habana -organizado por la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial- se compartieron experiencias concretas que reflejan el impacto positivo del empoderamiento femenino en zonas rurales.

Uno de los ejes centrales es la capacitación técnica y agroecológica, que permite a mujeres campesinas no solo aumentar su productividad, sino también mejorar la gestión sostenible de sus fincas. Además, se promueven modelos organizativos con liderazgo femenino en cooperativas, proyectos comunitarios y redes de economía local.

"Las mujeres rurales son guardianas de saberes, cuidadoras de la biodiversidad y agentes de cambio social. Necesitamos más políticas que reconozcan y fortalezcan su papel", expresó una de las participantes del evento, que compartió su experiencia liderando un proyecto agroecológico en Villa Clara.

El acceso equitativo a la tierra, al financiamiento y a tecnologías adaptadas también forma parte del enfoque transformador. Si bien aún existen desafíos -como el limitado acceso a recursos materiales o la persistencia de estereotipos culturales-, las acciones en curso buscan derribar barreras históricas y consolidar una agricultura más inclusiva y resiliente.

El trabajo articulado entre instituciones estatales, organizaciones sociales y organismos internacionales ha sido clave para dar continuidad a este proceso. Iniciativas como las Escuelas de Agroecología para Mujeres, los círculos de intercambio entre productoras y los proyectos de desarrollo con enfoque de género están dejando huella en varias provincias cubanas.

Desde el punto de vista productivo, la participación activa de las mujeres se ha traducido en mejoras en la diversificación de cultivos, en la producción de alimentos sanos y en la gestión colectiva del agua y el suelo. Asimismo, en los espacios comunitarios, las mujeres están liderando propuestas para fortalecer la soberanía alimentaria, la educación ambiental y la resiliencia climática.

En paralelo, se trabaja en visibilizar los aportes femeninos en la cadena agroalimentaria, muchas veces invisibilizados por la división tradicional del trabajo. Las campañas comunicacionales, los encuentros regionales y las investigaciones académicas que incorporan el enfoque de género están contribuyendo a romper silencios históricos y construir una narrativa más justa.

El empoderamiento de la mujer rural en Cuba no es solo una meta social, sino una estrategia de desarrollo sostenible. Como sostienen varias de las protagonistas de estos procesos, "cuando una mujer rural se fortalece, se transforma su familia, su comunidad y el campo entero".

La articulación de saberes, políticas públicas y voluntad colectiva está marcando una nueva etapa para el agro cubano, donde la equidad de género ya no es una consigna, sino una práctica concreta que crece en la tierra, florece en los proyectos y alimenta el futuro.

Agrolatam.com
Esta nota habla de: