"El campo sigue esperando: decepción y reclamos por las retenciones que no bajan"
Atilio Benedetti, diputado nacional, lamentó que el Gobierno no haya cumplido sus promesas hacia el sector agropecuario y advirtió sobre el impacto productivo de mantener altos niveles de retenciones
Las señales no alcanzan. La palabra, sin hechos concretos, ya no convence. Y en el Congreso, la decepción empieza a abrirse paso entre los representantes de zonas rurales. Así lo expresó el diputado nacional Atilio Benedetti, en una entrevista radial donde cuestionó al Gobierno por no haber prorrogado la baja transitoria de retenciones a la soja y el maíz, que desde el 1 de julio volvieron a los niveles originales: 33% para la oleaginosa y 12% para el cereal.
En diálogo con el programa "Palabreando" afirmó " Lamentamos profundamente la decisión. En la Comisión de Agricultura hicimos todo el trabajo necesario para mostrar lo nocivo que es este esquema impositivo para la producción", señaló Benedetti, al tiempo que reveló que existieron intentos por avanzar con un proyecto que fijara un nuevo tope legal para los Derechos de Exportación (DEX), pero no se lograron los acuerdos necesarios.
En ese sentido, el legislador de Entre Ríos apuntó directamente contra el Ejecutivo: "Este gobierno empezó reconociendo la importancia del campo como motor económico, generador de divisas, empleo y desarrollo territorial. Incluso prometió eliminar estos impuestos distorsivos. Sin embargo, nada de eso se cumplió".
La crítica no fue sólo política. También hubo un análisis técnico y estratégico: "La falta de medidas concretas no solo posterga oportunidades para el país, sino que limita el crecimiento genuino de nuestras economías regionales. Seguimos dependiendo de ingresos financieros especulativos cuando podríamos estar generando divisas reales a través del agro".
En paralelo, Benedetti explicó que existen en tratamiento dos iniciativas legislativas: una que busca congelar las retenciones en los niveles actuales, y otra que plantea una reducción gradual de cinco años a partir de 2026. "No se trata de pedir privilegios. Se trata de tener reglas similares a las de nuestros vecinos, como Uruguay, Paraguay y Brasil, que ya nos sacaron una ventaja enorme".
El impacto también se traduce en limitaciones concretas para incorporar tecnología y maquinaria agrícola. "En provincias como Entre Ríos, donde las condiciones naturales son más difíciles, sin rentabilidad no hay inversión posible. Y eso también atenta contra el desarrollo de una agroindustria moderna, basada en conocimiento y tecnología".
Con tono firme pero sin estridencias, Benedetti puso en palabras lo que muchos productores ya sienten en carne propia: las promesas no alcanzan si la realidad va por otro camino.