Cafetaleros salvadoreños esperan repunte en la cosecha 2025-2026
El sector proyecta superar los 850,000 quintales de café, aunque advierte riesgos por exceso de lluvias, roya y falta de mano de obra.
La Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) proyecta una cosecha de más de 850,000 quintales de café oro uva durante el ciclo 2025-2026, un repunte frente a las estimaciones de la temporada anterior. La previsión, sin embargo, depende en gran medida de que las condiciones climáticas no jueguen en contra del sector.
El presidente de la gremial, Sergio Ticas, afirmó que las cifras son alentadoras pero sujetas a la evolución del clima. "Estamos en aproximaciones y creemos que podríamos llegar a los 850,000 quintales si todo sale bien", indicó.
La estimación es superior a los 750,000 quintales previstos para el ciclo 2024-2025, cuando el sector enfrentó una de las etapas más críticas en años recientes. Según el Instituto Salvadoreño del Café (ISC), la cosecha de 2024-2025 cerraría con 856,063 quintales, un 4% menos que la temporada 2023-2024, cuando se recolectaron 893,326 quintales.
Riesgos por lluvias y enfermedades
Con el inicio de la corta de café el 1 de octubre, los productores enfrentan un panorama complejo marcado por el exceso de lluvias en algunas regiones. Acafesal reporta que, en zonas cafetaleras, se han registrado hasta 50 milímetros de lluvia en lapsos cortos, lo que ha generado saturación hídrica en los suelos.
El temor es que la persistencia de tormentas coincida con la etapa de maduración del grano, provocando que el café se reviente y caiga antes de ser recolectado. A ello se suma la escasez de mano de obra, lo que dificultaría recoger el fruto en tiempo y forma. "Si esta cantidad de lluvia le cae al café maduro, se revienta y se cae, y después no lo podemos recoger con la escasez de mano de obra. Eso serían pérdidas grandes", explicó un vocero cafetalero.
Por otro lado, si las precipitaciones se detienen abruptamente y se registra un período de sequedad de al menos cinco días, el riesgo se traslada a la expansión de la roya, enfermedad que continúa afectando al parque cafetalero salvadoreño.
El inicio de la cosecha se concentra en los cultivos de bajillo y media altura, influenciados por la floración prematura registrada en enero y febrero debido a lluvias tempranas. Se espera que entre octubre y noviembre se alcance el pico de la corta con el café de altura, que representa el segmento de mayor calidad para la exportación.
A los riesgos climáticos se suman los altos costos de insumos, limitaciones de financiamiento y falta de trabajadores temporales, factores que año tras año presionan al sector. Pese a ello, los cafetaleros mantienen la esperanza de que la salida del invierno se produzca de forma normal y que el ciclo concluya con números positivos.
La meta de superar los 850,000 quintales marcaría un respiro para la caficultura salvadoreña, que en las últimas dos décadas ha sufrido una reducción sostenida en superficie cultivada, productividad y exportaciones, pero que aún representa un cultivo estratégico para la economía rural y la identidad agrícola del país.