Chile

Una etiqueta que cambia todo: la apuesta por el compostaje en el envasado hortofrutícola

El reemplazo de etiquetas convencionales por versiones compostables marca un antes y un después en la sustentabilidad del agro.

En un mundo que exige cada vez más prácticas sostenibles en la producción de alimentos, una pequeña pieza del envasado está generando un cambio profundo: las etiquetas compostables para frutas y hortalizas. Aunque muchas veces pasan desapercibidas, estas etiquetas juegan un papel clave en la transición hacia cadenas de valor más responsables y circulares.

Chile, uno de los principales exportadores hortofrutícolas del mundo, avanza en este frente a través de alianzas público-privadas que buscan reducir el impacto ambiental del packaging sin comprometer la funcionalidad. La tendencia responde a una demanda creciente de los mercados internacionales, especialmente en Europa, donde los consumidores son cada vez más sensibles a los residuos generados por el empaque de productos frescos.

A diferencia de las etiquetas tradicionales -que suelen estar hechas de plásticos no reciclables y adhesivos contaminantes-, las compostables están elaboradas a partir de materiales orgánicos que pueden degradarse en condiciones industriales o domiciliarias, dependiendo del tipo. Esto permite que tanto la fruta como su etiqueta puedan ir directamente al compost, cerrando el ciclo sin dejar huella.

El impulso de esta innovación ha sido liderado por iniciativas como el programa Chile Origen Consciente, promovido por Odepa (Oficina de Estudios y Políticas Agrarias) junto con organismos técnicos y empresas del sector privado. En paralelo, varias compañías han comenzado a incorporar soluciones de etiquetado certificadas como compostables, lo que también contribuye a mejorar la trazabilidad del producto sin impactar negativamente en el ambiente.

Más allá de lo ambiental, también hay un componente comercial: las etiquetas sostenibles se transforman en un valor agregado frente a consumidores exigentes, cada vez más atentos a lo que compran y cómo está presentado. Y en ese sentido, la transparencia y la coherencia entre el mensaje de sustentabilidad y el envase real son fundamentales.

Aunque su tamaño sea mínimo, las etiquetas compostables representan un paso concreto hacia un modelo de producción más limpio. Son una muestra de cómo la innovación no siempre tiene que ser disruptiva para ser transformadora: a veces, basta con mirar los detalles.

Agrolatam.com
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