Agricultura

Europa pierde liderazgo en innovación agrícola: auge de los genéricos y consecuencias globales

La industria agroquímica europea pierde terreno ante la presión regulatoria y el avance de los genéricos asiáticos, que reconfiguran el mapa del comercio agrícola global.

Durante años, Europa fue sinónimo de innovación agroquímica. Las grandes multinacionales desarrollaban allí sus moléculas, validaban patentes y marcaban el rumbo regulatorio mundial. Pero ese ciclo se está agotando. El continente enfrenta un proceso acelerado de desindustrialización tecnológica en el sector agrícola, impulsado por el peso de la política ambiental, la rigidez regulatoria y los altos costos de registro y cumplimiento.

El resultado: una pérdida de competitividad que ya se refleja en la caída de participación de empresas europeas en el mercado global de ingredientes activos y en la expansión de proveedores genéricos provenientes de China e India. En 2024, más del 65% de las moléculas registradas en Europa tuvieron su origen o fabricación fuera del bloque comunitario, según datos citados por la European Crop Protection Association (ECPA).

El impacto del marco regulatorio "Farm to Fork"

La estrategia Farm to Fork, pilar del Green Deal europeo, busca reducir un 50% el uso de plaguicidas y un 20% el uso de fertilizantes químicos para 2030. Si bien la meta responde a una demanda social legítima, su implementación acelerada ha dejado a muchas empresas sin margen para invertir en I+D, priorizando la adaptación de portafolios antes que la creación de nuevos productos.

En paralelo, el endurecimiento de las normas sobre PFAS, solventes y coformulantes, junto con los costos crecientes de evaluación ambiental, ha hecho que el costo promedio de registro de un nuevo ingrediente activo en Europa supere los USD 350 millones, el doble que en Asia.

"El ecosistema regulatorio europeo está sofocando la innovación", advirtió un ejecutivo del sector citado por AgroPages. "Hoy, es más rentable desarrollar en Asia y exportar hacia mercados menos restrictivos que lanzar una nueva molécula en la UE".

El ascenso de los genéricos asiáticos

Mientras Europa endurece su marco normativo, China y India aprovechan el vacío competitivo. Ambas potencias consolidan su rol como principales exportadores de agroquímicos genéricos, con una capacidad de producción que supera los 3 millones de toneladas anuales. Además, sus compañías avanzan hacia la integración vertical, controlando desde el ingrediente activo hasta la formulación final, con precios hasta 40% inferiores a los europeos.

Empresas como Sino-Agri, Hailir, Tagros o Meghmani Organics han fortalecido su presencia en América Latina, África y Europa del Este, ofreciendo soluciones "post-patente" adaptadas a cada mercado. Esta tendencia genera un nuevo mapa competitivo, donde la innovación molecular se concentra en EE. UU. y Asia, mientras Europa se transforma en un mercado importador y regulador, más que en un creador de tecnología.

El desplazamiento del liderazgo europeo tiene repercusiones estructurales. Por un lado, las cadenas de valor agroquímicas globales se están reconfigurando: la producción y síntesis de moléculas se trasladan a Asia, mientras Europa se convierte en el nodo de control normativo y etiquetado. Por otro, la brecha tecnológica entre regiones se amplía, afectando la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.

De acuerdo con la OCDE, este cambio podría aumentar la dependencia del continente respecto de insumos importados, generando vulnerabilidad en caso de tensiones geopolíticas. Ya se observan señales: la crisis de suministros de 2022 y los recientes ajustes en transporte marítimo demostraron cuán expuesta está la UE a las fluctuaciones de Asia.

Mientras Europa restringe moléculas, América Latina se convierte en un destino clave para productos genéricos y biológicos. Brasil y Argentina, con marcos regulatorios más flexibles, absorben una porción creciente de las exportaciones chinas e indias. En paralelo, países como México y Colombia buscan equilibrar sustentabilidad e innovación, aprovechando los huecos de oferta que deja el modelo europeo.

Para muchas compañías, la región se ha transformado en un laboratorio comercial donde probar nuevas combinaciones de bioinsumos y fitosanitarios genéricos, antes de su eventual ingreso a otros mercados emergentes. Esto refuerza el papel estratégico del Sur Global en la arquitectura del comercio agrícola mundial.

La geopolítica agraria vive un punto de inflexión. Europa mantiene el liderazgo en estándares ambientales y sostenibilidad, pero pierde terreno en innovación aplicada y competitividad industrial. Asia, en cambio, capitaliza la flexibilidad regulatoria y el menor costo de desarrollo para expandirse globalmente.

En ese contexto, América Latina emerge como terreno intermedio, donde convergen las soluciones asiáticas, las demandas europeas y la necesidad de equilibrar productividad con sostenibilidad. El futuro del comercio agroquímico dependerá de cómo estas tres regiones logren armonizar innovación, regulación y cooperación internacional.

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