Fertilizantes y Futuro: cómo este insumo clave sostiene la producción de alimentos en el mundo
En el Día Mundial de los Fertilizantes, FERTILIZAR AC destaca su rol esencial en la producción sustentable y en la seguridad alimentaria global.
El 13 de octubre se celebra el Día Mundial de los Fertilizantes, en conmemoración del descubrimiento del proceso Haber-Bosch, un avance científico que permitió aprovechar el nitrógeno del aire para fabricar amoníaco, dando origen a la industria de los fertilizantes hace más de un siglo. Este desarrollo marcó un antes y un después en la historia de la humanidad: sin él, la producción mundial de alimentos sería la mitad de lo que es hoy.
"Los fertilizantes son, en esencia, el alimento de las plantas", explica María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de FERTILIZAR AC, entidad que promueve el uso responsable y eficiente de los nutrientes en el campo argentino. Según la Asociación Internacional de Fertilizantes (IFA), aproximadamente el 50% de los alimentos que consumimos se producen gracias a la tecnología de la fertilización, una herramienta clave para aumentar los rendimientos sin ampliar la frontera agrícola.
Los fertilizantes aportan los nutrientes esenciales que las plantas necesitan para crecer y desarrollarse. Entre ellos, los macronutrientes -nitrógeno, fósforo y potasio- son los más conocidos, aunque también son fundamentales otros elementos como el azufre, el magnesio o el zinc. De la misma manera que los seres humanos necesitamos vitaminas y minerales, las plantas requieren una nutrición equilibrada para mantener su salud y productividad.
En un mundo donde la población crece y la superficie cultivable se reduce, la eficiencia en el uso de los fertilizantes se vuelve un desafío central. "Para lograr una nutrición sostenible, es fundamental aplicar los nutrientes adecuados, en la dosis correcta, en el momento y lugar precisos", señala González Sanjuan. En este sentido, la profesional remarca la importancia del análisis de suelos como base para una correcta decisión agronómica, que debe ser siempre acompañada por el asesoramiento de un ingeniero agrónomo.
El papel de los fertilizantes también está evolucionando. Ya no se trata solo de producir más, sino de mejorar la calidad nutricional de los alimentos y reducir el impacto ambiental. A nivel global, la industria trabaja para que los cultivos sean más nutritivos y saludables, fomentando la diversificación de la dieta y el desarrollo de alimentos con mayor contenido de micronutrientes esenciales. Esta tendencia también alcanza a la nutrición animal, con mejoras que se traducen en carnes y lácteos de mejor calidad.
Desde FERTILIZAR AC, la entidad subraya su compromiso con la investigación y la divulgación científica. "Promovemos el uso correcto de fertilizantes y la conservación del recurso suelo, contribuyendo así a una agricultura sostenible y a la producción de alimentos de calidad para toda la población", destaca González Sanjuan.
Con una población mundial en constante crecimiento, una hectárea de tierra -que en 1960 alimentaba a dos personas- deberá alimentar a cinco para 2030. Frente a ese escenario, los fertilizantes seguirán siendo una herramienta esencial para garantizar la seguridad alimentaria, al permitir que los cultivos produzcan más y mejor, incluso en suelos de baja calidad.
La salud del suelo, de las plantas y de las personas está estrechamente conectada. La ciencia y la tecnología aplicada al agro tienen hoy el desafío de equilibrar productividad y sustentabilidad, para asegurar que las próximas generaciones puedan disfrutar de un sistema productivo sano y eficiente. Los fertilizantes, muchas veces invisibles a los ojos del consumidor, son -y seguirán siendo- una pieza clave de ese futuro.