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Flujos de capital emergente: China lidera, América Latina mantiene posiciones clave

En agosto, los mercados emergentes captaron u$s44.800 millones en flujos de capital, con China como principal destino. América Latina mantuvo protagonismo, aunque los analistas advierten señales de fragilidad fuera del gigante asiático.

Los mercados emergentes continúan atrayendo inversión internacional, pero el panorama se vuelve más complejo. Según el Institute of International Finance (IIF), los flujos de cartera sumaron u$s44.800 millones durante agosto, superando los u$s38.100 millones de julio, aunque el aumento no refleja una expansión uniforme.

Gran parte del capital fluyó hacia instrumentos de renta fija, que recibieron u$s41.500 millones, mientras que la renta variable apenas captó u$s3.300 millones. Estas cifras indican que los inversores privilegian la estabilidad de los bonos frente al riesgo accionario.

Dentro de los bonos, China concentró u$s28.300 millones, dejando al resto de los mercados emergentes con apenas u$s13.200 millones en entradas netas. Esa distribución, marcada por un sesgo hacia el gigante asiático, evidencia una confianza creciente en activos chinos frente a otros mercados.

A nivel regional, Asia lideró con u$s18.100 millones, seguida por América Latina con u$s8.900 millones, Europa emergente con u$s8.700 millones y Oriente Medio-Norte de África con u$s5.800 millones. En renta variable, América Latina logró ingresar u$s3.200 millones, mientras que fuera de China la renta variable sufrió salidas netas.

El informe del IIF advierte que, aunque persistan condiciones financieras globales favorables -con leves descensos en los rendimientos del Tesoro de EE.UU. y menor volatilidad accionaria-, la concentración geográfica y la selectividad inversora acusan un cambio de confianza.

Los fondos ETF han jugado un rol clave en estos flujos, especialmente en renta fija internacional, mientras que los mandatos activos están adoptando criterios más estrictos respecto a la duración, sector y calidad de crédito. Además, en los mercados de bonos en moneda local, la valorización ya supera el 90% del valor nominal en casi todos los casos salvo Brasil, lo que incrementa la vulnerabilidad frente a reversiones.

Para los analistas del IIF, la expectativa de que la Fed relaje su política monetaria podría reactivar los flujos hacia deuda emergente, especialmente aquella con rendimientos reales atractivos y control cambiario moderado. Pero también alertan: los factores técnicos que han sostenido estos flujos podrían estar perdiendo robustez, y la capacidad de los mercados para diferenciarse será determinante.

El próximo período pondrá a prueba la resiliencia financiera de los emergentes, su capacidad para sostener el interés externo más allá de China, y la tolerancia de los inversionistas ante escenarios de mayor volatilidad o estrés político. En ese marco, América Latina deberá combinar estabilidad macroeconómica, clima institucional favorable y un perfil de inversión confiable si quiere hacerse un lugar más firme en el radar global.

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