Frigoríficos congelan exportaciones de carne a EE.UU. por tarifa del 50% de Trump
Los gigantes cárnicos de Brasil detienen envíos a Estados Unidos tras la imposición de una tarifa del 50%, lo que sacude la cadena global de suministro y anticipa una posible suba en los precios de la carne para el consumidor.
Los empacadores de carne brasileños están replanteando las exportaciones a Estados Unidos tras la decisión del presidente Donald Trump de imponer una tarifa del 50% sobre la carne brasileña, que entra en vigor el 1° de agosto. Brasil, el mayor exportador mundial de carne, considera a EE.UU. su segundo mercado más importante después de China, por lo que esta medida representa un golpe significativo para la industria.
La Asociación Brasileña de Exportadores de Carne (ABIEC) informó que los envíos están ahora bajo análisis debido al fuerte impacto en los costos. El dirigente del sector, Roberto Perosa, indicó que muchas empresas están deteniendo nuevos pedidos, evaluando si continuar exportando sigue siendo rentable. El consultor de mercado Alcides Torres declaró que "el mercado se enfrió", en referencia a la abrupta caída en las compras de ganado causada por la incertidumbre.
Actualmente, Brasil provee cerca del 23% de las importaciones de carne en EE.UU., un volumen que podría desaparecer si los envíos se suspenden. Empresas como Minerva Foods, que obtiene alrededor del 5% de sus ingresos del mercado estadounidense, ya han paralizado su producción con destino a EE.UU. Este giro repentino generará impactos tanto en América del Sur como en Norteamérica.
Con los rodeos de ganado en EE.UU. en mínimos históricos, una interrupción de las importaciones amenaza con aumentar los precios al consumidor, especialmente en productos como hamburguesas, cortes premium y carnes procesadas. La tarifa se implementa en un contexto de presión inflacionaria alimentaria, lo que alimenta el temor de que la medida termine perjudicando a los hogares estadounidenses.
En el interior del país, la reacción del sector agroalimentario está dividida. Mientras algunos ven una oportunidad para impulsar la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones, otros advierten que la política podría desestabilizar el suministro y elevar los costos para procesadores y consumidores.
Esta decisión añade nueva tensión a las relaciones comerciales entre Brasil y Estados Unidos, y plantea dudas sobre el acceso a proteínas accesibles en el futuro si los proveedores internacionales se retiran del mercado.