Frutas y verduras sin intermediarios ganan terreno
Productores se organizan para vender a precios populares y romper con la cadena tradicional de comercialización. En algunos casos, ofrecen productos más baratos que el propio Mercado Central.
Mientras en las góndolas los precios suben sin freno, una tendencia silenciosa pero firme comienza a abrirse paso: cada vez más productores de frutas y verduras deciden cortar con la cadena de intermediarios y vender directamente al consumidor. ¿El resultado? Productos frescos, seleccionados en origen, a precios que sorprenden y, en algunos casos, superan incluso al propio Mercado Central.
La disparidad entre el precio de origen y el de venta final es tan abrumadora que termina empujando a los productores a tomar cartas en el asunto. Un cajón de tomates que se paga $1 en el campo puede aparecer en el supermercado a $5 o más. Entre fletes, pérdidas y márgenes comerciales, la brecha se multiplica hasta seis veces.
Frente a ese escenario, surgieron nuevos espacios que acercan el campo a la ciudad. Ferias itinerantes, verdulerías mayoristas con atención al público, y redes de productores que funcionan como puntos de encuentro entre quien produce y quien consume, sin escalas. El fenómeno no solo se ve en el AMBA, con referencias como Burzaco o Guernica, sino también en zonas como el Alto Valle o Bariloche, donde hace años operan locales bajo el modelo "Verdulerías de la Tierra".
En paralelo, los precios mayoristas vienen en descenso desde abril por una sobreoferta inédita, alimentada por un verano lluvioso que hizo explotar la producción. La cadena tradicional, con más de 2300 puntos de venta solo en la Ciudad de Buenos Aires, colapsó. ¿La contracara? Se tiran 61 toneladas diarias de frutas y verduras, según un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA.
A pesar de ese desperdicio, la lechuga, la papa y la batata lograron mantener precios en alza, mientras otras especies como el tomate, el zapallo o la cebolla se desplomaron.
Las estadísticas lo confirman: en junio, el promedio ponderado de las principales hortalizas bajó 1,2%, con una proyección de caída de casi 16% para el mes siguiente. En frutas, la manzana fue la única que subió. Naranja, limón y banana, en cambio, se hundieron más de un 9%.
Así, mientras los grandes centros de distribución buscan respuestas ante un sistema saturado, del otro lado crece un nuevo canal: más corto, más justo y más directo. El que conecta al productor con la familia, sin precios inflados ni frutas tristes.