Trump enfrenta un revés legal en EE.UU. y América Latina mira con cautela los escenarios
Un fallo contra los aranceles globales de la era Trump mantiene en vilo a los exportadores latinoamericanos. El futuro de la medida dependerá de la Corte Suprema, mientras crece la incertidumbre sobre contratos, inversiones y competitividad regional.
El Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos declaró ilegales la mayoría de los aranceles globales impuestos durante la administración de Donald Trump. Aunque la medida no tiene un efecto inmediato, abre un periodo de incertidumbre comercial que impacta directamente en América Latina, donde buena parte de las exportaciones dependen del mercado estadounidense.
Trump apeló la decisión y pidió a la Corte Suprema que confirme la validez de sus gravámenes amparados en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) de 1977. Los jueces deberán decidir en las próximas semanas si aceptan el caso, lo que prolonga el suspenso. Hasta el 14 de octubre, los aranceles seguirán vigentes para dar espacio a esa revisión.
Para la región, el principal riesgo es la falta de certeza jurídica. Exportadores e importadores no pueden planificar con claridad mientras no haya un fallo definitivo. Si la Corte Suprema revoca la sentencia y respalda a Trump, los países latinoamericanos volverán a enfrentar barreras arancelarias abruptas, afectando contratos y previsiones de precios.
En cambio, si la Corte coincide con el tribunal y anula los aranceles, habría un periodo -probablemente breve- en el que las exportaciones latinoamericanas gozarían de menores costos de acceso al mercado estadounidense. El beneficio más amplio llegaría si los gravámenes se eliminan por completo, lo que restituiría la competitividad perdida desde 2018.
Según analistas, países con fuerte dependencia del mercado norteamericano serían los más favorecidos, al igual que Brasil, castigado con tarifas altas por motivos no siempre comerciales. Legalmente, incluso se abre la puerta para que importadores en EE.UU. reclamen la devolución de miles de millones de dólares en aranceles pagados, lo que indirectamente podría estimular la demanda de bienes latinoamericanos.
No obstante, expertos advierten que el Gobierno de EE.UU. cuenta con otras herramientas, como las secciones 232 y 301, para reimponer gravámenes bajo distintos fundamentos. En ese caso, el alivio para los exportadores sería solo transitorio.
Los países latinoamericanos, mientras tanto, enfrentan el desafío de diversificar mercados y fortalecer la integración regional para mitigar la volatilidad externa. También pueden recurrir a incentivos internos que amortigüen el impacto en los sectores más expuestos.
En paralelo, el bloque de los BRICS -que incluye a Brasil- aprovecha la turbulencia para profundizar vínculos, con China incrementando su influencia en mercados emergentes y reorientando exportaciones que ya no pueden entrar fácilmente a EE.UU. Esta mayor competencia global podría representar un desafío adicional para las economías de la región.
De acuerdo con Oxford Economics, el golpe de los aranceles de Trump a la economía mundial ha sido hasta ahora moderado, aunque sí generó un clima de inversión más débil y una tendencia hacia un comercio más fragmentado. Para América Latina, el desenlace en la Corte Suprema será decisivo: un escenario de alivio arancelario podría impulsar exportaciones y contratos, mientras que la validación de los gravámenes consolidaría una etapa de proteccionismo extendido.