Guanacos en debate: el Sur busca un equilibrio entre producción, ciencia y conservación
En Puerto San Julián, una mesa de diálogo reunió a productores, científicos, funcionarios y ambientalistas para repensar el rol del guanaco en la Patagonia. Tensiones, datos, diagnósticos cruzados y una pregunta urgente: ¿cómo manejar una especie que desborda pastizales y modelos?
En una Patagonia donde los pastizales se degradan y los alambrados ya no marcan frontera entre lo silvestre y lo productivo, el guanaco se volvió protagonista de un conflicto que interpela tanto a la ciencia como a los productores.
Durante el mes de junio la localidad de Puerto San Julián, en el corazón de Santa Cruz, fue sede de un encuentro inédito: una mesa de diálogo entre representantes del agro, investigadores del INTA y el CONICET, funcionarios provinciales, Parques Nacionales y universidades.
El objetivo era claro: construir, desde miradas diversas, un diagnóstico compartido sobre el impacto de la sobrepoblación de guanacos en la producción ovina y los ecosistemas naturales.
Un encuentro con tensiones a flor de piel
Convocados bajo el ciclo "Pensamos el Futuro", el encuentro puso en escena tensiones históricas entre el conocimiento científico y la realidad del campo. En uno de los paneles, Stuart Blake -biológo cuantitativo formado en el Reino Unido y productor santacruceño- no dudó en plantear con crudeza: "En la Patagonia se ha naturalizado que el productor debe cederle pastizales al guanaco. En ningún otro país se pide eso".
Frente a visiones que promueven la regulación natural de la especie, Blake mostró imágenes satelitales de revolcaderos que -según él- degradan el suelo. También cuestionó metodologías de conteo poblacional y advirtió sobre una explosión demográfica no proyectada ni controlada.
Ciencia versus territorio: una disputa metodológicaDel otro lado, investigadoras del CONICET como Andrea Marino y Victoria Rodríguez defendieron la idea de que el guanaco regula su densidad en función del forraje disponible. "No encontramos evidencia de sobrepastoreo por guanacos", afirmaron, basándose en estudios de largo plazo en campos ganaderos de Chubut. Sin embargo, admitieron la necesidad de validaciones locales: "No todo lo que ocurre en Península Valdés puede extrapolarse a Santa Cruz".
Parques Nacionales, a través de Laura Malmierca, compartió los resultados del monitoreo sostenido de guanacos en el Parque Monte León desde 2007. Si bien la población allí no mostró aumentos significativos, el dato relevante fue otro: la baja tasa de cría y la falta de indicadores concluyentes sobre migración hacia estancias vecinas.
Los productores piden solucionesEmilio Rivera y Marisol Espino, del Consejo Agrario Provincial, llevaron al debate la voz del territorio: majadas que se achican, pastizales erosionados, productores en retirada y frigoríficos que necesitan continuidad. "El aprovechamiento sustentable del guanaco fracasó como herramienta de control poblacional. Apenas se esquiló el 0,05% del total en ocho años", señalaron.
El modelo de manejo actual, desarrollado junto al Dr. Jorge Rabinovich, plantea cupos de extracción y resguardo poblacional. Pero los costos logísticos son altos y la densidad en muchas zonas ya supera los 25 guanacos por kilómetro cuadrado.
¿Y ahora qué?Entre posturas enfrentadas, emergió una posible salida: el manejo adaptativo. Un enfoque que pone el foco en el aprendizaje continuo, el monitoreo riguroso y la toma de decisiones compartida. La propuesta -impulsada por las investigadoras del CONICET- busca evitar medidas apresuradas, reemplazándolas por planes piloto, evaluaciones periódicas y diálogo permanente.
"El guanaco no es un enemigo. Pero tampoco puede seguir creciendo sin control. La sustentabilidad debe incluir al productor, al ecosistema y a la comunidad", resumió una de las voces de cierre.