Guatemala y Perú conquistan el mercado hortícola de Estados Unidos
Con nuevas hortalizas y métodos regenerativos, productores latinoamericanos buscan posicionarse como proveedores estables y sostenibles en uno de los mercados más competitivos del mundo.
Un grupo de productores y exportadores de Guatemala y Perú avanza en su estrategia para consolidar el suministro de hortalizas especiales hacia Estados Unidos, con el objetivo de garantizar disponibilidad durante todo el año y responder a la creciente demanda por alimentos diferenciados y sostenibles.
Durante las últimas dos décadas, el sector ha logrado posicionarse en el exigente mercado estadounidense, donde antes predominaban los proveedores europeos, gracias a la calidad y consistencia de productos como arvejas chinas sin hilo, tirabeques y mini zanahorias. Hoy, el portafolio se amplía con ejotes franceses, arvejas inglesas y zapallo butternut, mientras se preparan lanzamientos de variedades de zanahorias de colores y broccolini, orientadas a consumidores que buscan opciones gourmet y saludables.
Los líderes del proyecto sostienen que la meta es convertirse en proveedores confiables de hortalizas especiales para el mercado norteamericano, garantizando un flujo estable de producto durante todo el año, algo que pocas regiones del mundo pueden ofrecer gracias a la diversidad climática y productiva de Centro y Sudamérica.
Agricultura regenerativa
El modelo productivo detrás de esta iniciativa se basa en prácticas de agricultura regenerativa, enfocadas en la protección del suelo, la conservación de la biodiversidad y la reducción de la huella de carbono. Los productores implementan sistemas que reducen el uso de insumos químicos, promueven la rotación de cultivos y optimizan el manejo del agua, fortaleciendo la resiliencia de los ecosistemas agrícolas.
A la par, las empresas participantes promueven condiciones laborales dignas, precios justos y capacitación técnica para las comunidades rurales en Guatemala y Perú, lo que contribuye al desarrollo local y a la sostenibilidad social del modelo.
En las plantas de empaque y distribución, los controles de calidad son rigurosos. Cada lote se somete a verificaciones sobre tamaño, color, frescura, sabor y vida útil, asegurando que los productos lleguen a los supermercados estadounidenses con altos estándares sanitarios y certificaciones internacionales.
"Más allá de vender alimentos, se busca cultivar un futuro más justo y sostenible, donde los agricultores latinoamericanos sean protagonistas de una nueva cadena de valor responsable con el planeta", señalan representantes del sector exportador.
Sostenibilidad y logística baja en carbono
Los exportadores afirman que la sostenibilidad atraviesa todo el proceso, desde la siembra hasta la distribución. Parte del compromiso incluye el uso creciente de transporte marítimo de baja emisión, que permite reducir la huella ambiental del comercio internacional sin comprometer la frescura de los productos.
"Al restaurar la salud del suelo y fomentar la biodiversidad, estamos protegiendo los recursos naturales que garantizan la prosperidad a largo plazo", agregan desde el sector.