El gusano barrenador dispara los precios de la carne de res y frena exportaciones de ganado a EE.UU.
La plaga reapareció a fines de 2024 y ya provocó el cierre de la frontera, caída de más del 70% en exportaciones y aumentos históricos en el precio de la carne al consumidor.
A casi un año de la reaparición del gusano barrenador en México, los efectos sobre la ganadería y el mercado de la carne ya son evidentes. La plaga, detectada en diciembre de 2024, obligó a cerrar la frontera estadounidense a las exportaciones de becerros y generó un fuerte encarecimiento de la carne para los consumidores en el mercado interno.
En los rastros de la Zona Metropolitana del Valle de México se registra una escasez de animales para sacrificio, lo que empuja al alza los precios en toda la cadena de valor. De acuerdo con cifras oficiales, el precio al consumidor del bistec de res superó los 200 pesos por kilo en julio, con un incremento superior al 17% anual. En Estados Unidos, el aumento fue de aproximadamente 12% en el mismo periodo.
Las consecuencias comerciales son aún más graves. Entre enero y julio de 2025, las exportaciones mexicanas de ganado hacia Estados Unidos se redujeron en más de 70%, pasando de 881 mil cabezas en 2024 a apenas 238 mil este año. En términos de valor, la caída fue de 842 millones a 296 millones de dólares, lo que representa pérdidas significativas para los productores nacionales.
El precio del ganado gordo listo para sacrificio se disparó en ambos países: en México subió 35% en julio frente al mismo mes del año pasado y en Estados Unidos 31%. Como resultado, la carne en canal se encareció un 17% en el mercado mexicano. A nivel minorista, el impacto ha sido aún más evidente: en la última semana de agosto el diezmillo aumentó 38% interanual, el bistec 50%, la chuleta 28% y el filete 15%, mientras que la carne molida mostró una baja de 5%.
Los productores han optado por sacrificar hembras para sostener los costos de producción, una medida que genera ingresos inmediatos pero que compromete la disponibilidad de ganado a mediano plazo. Los inventarios podrían tardar entre 18 y 24 meses en recuperarse, lo que prolongará la presión sobre los precios.
El gusano barrenador afecta a los animales de sangre caliente al depositar sus larvas en las heridas, lo que genera lesiones, pérdidas de peso e incluso la muerte en los casos más graves. Al 31 de agosto de 2025, se habían reportado más de 5,800 casos en el país, que incluyen 4,000 bovinos, 300 equinos, 500 caninos, 200 cerdos, 100 ovinos y 10 caprinos. La cifra más que duplicó los 2,117 casos registrados a mediados de junio, lo que evidencia la rápida propagación de la plaga.
Para contener el brote, se implementó un plan binacional entre México y Estados Unidos que contempla la liberación de 2.7 millones de moscas estériles, la reactivación de la planta de producción de moscas estériles en Metapa, Chiapas, apoyo aéreo y visitas técnicas a los estados afectados. Sin embargo, aún no se ha definido una fecha para la reapertura de la frontera estadounidense, que se cerró en enero, se reabrió temporalmente de febrero a mayo y volvió a restringirse posteriormente.
De acuerdo con proyecciones oficiales, los precios del ganado y de la carne permanecerán altos durante el resto del año, con posibles correcciones estacionales hacia noviembre y diciembre, pero sin regresar a los niveles previos a la aparición de la plaga. Tanto en México como en Estados Unidos, el sector bovino enfrenta un escenario de oferta restringida y precios históricamente elevados.
La erradicación del gusano barrenador se ha convertido en una prioridad sanitaria y económica. De su control dependerá no solo la recuperación de los inventarios ganaderos, sino también la reapertura total del mercado estadounidense, que representa un destino clave para los productores mexicanos. Mientras tanto, los consumidores enfrentan aumentos sin precedentes en los precios de la carne de res y los productores lidian con pérdidas acumuladas que podrían prolongarse hasta bien entrado 2026.