Bolivia

El avance implacable del frío: las heladas arrasaron con más de 145.000 hectáreas en Bolivia

El fenómeno climático no dio tregua en junio y dejó en jaque a miles de familias rurales. Hay zonas donde se perdió el 100% de los cultivos.

El agro boliviano enfrenta uno de sus inviernos más duros de los últimos años. Las heladas registradas arrasaron con más de 145.000 hectáreas cultivadas y afectaron a más de 237.000 productores en todo el país. Así lo confirmó el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), tras una evaluación preliminar que dimensiona el impacto del fenómeno en ocho de los nueve departamentos.

Los cultivos más golpeados fueron papa, maíz, quinua, haba, arveja y hortalizas, así como la ganadería en regiones de altura. Según el informe oficial, los departamentos con mayor afectación fueron La Paz, Cochabamba, Potosí, Oruro, Chuquisaca, Tarija, Santa Cruz y Beni, con pérdidas que van desde daños parciales hasta pérdidas totales de la producción.

En muchas comunidades rurales, las heladas cayeron de forma repentina, congelando cultivos en floración o desarrollo. Algunas zonas reportaron pérdidas del 100%, especialmente en áreas sin cobertura ni sistemas de protección. La situación es crítica no solo por el impacto económico inmediato, sino también por el riesgo que representa para la seguridad alimentaria de las familias afectadas.

"Estas heladas han sido muy duras. Aquí en la comunidad hemos perdido todo el maíz. No vamos a tener cosecha este año", relató un productor del altiplano cochabambino.

Desde el Gobierno nacional se activaron acciones de emergencia, como la distribución de alimento balanceado para ganado, fertilizantes foliares, kits veterinarios y semillas, además del despliegue de equipos técnicos del SENASAG y el INSA para levantar información y apoyar con la evaluación de daños.

El ministro de Desarrollo Rural, Remmy Gonzales, explicó que se están movilizando fondos y coordinando con gobiernos departamentales y municipales para atender las zonas más afectadas, priorizando a los pequeños productores en situación de vulnerabilidad. También se anunció la inclusión de estos eventos climáticos en el Seguro Agrario Universal Pachamama, para los casos que cumplan con las condiciones estipuladas.

Aunque se trata de un fenómeno cíclico, la frecuencia e intensidad de las heladas ha ido en aumento en los últimos años, lo que refleja una mayor exposición del agro boliviano a eventos climáticos extremos. Técnicos del INIAF advierten que es urgente acelerar la implementación de prácticas agroclimáticas resilientes, como coberturas vivas, microtúneles, siembra escalonada y variedades resistentes al frío.

La crisis también reaviva el debate sobre la planificación territorial del agro y la necesidad de políticas públicas más agresivas frente al cambio climático. Bolivia enfrenta una paradoja compleja: una alta dependencia de la agricultura familiar y, al mismo tiempo, una creciente vulnerabilidad climática, especialmente en las zonas más altas y empobrecidas del país.

Mientras tanto, miles de familias campesinas lidian con el golpe económico, replantando lo perdido o migrando hacia actividades de subsistencia en espera de ayuda concreta.

Agrolatam.com
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