Agricultura

Mancha amarilla en el trigo: el clima y la resistencia a fungicidas prenden las alarmas en plena campaña

Mancha amarilla en el trigo: el clima y la resistencia a fungicidas prenden las alarmas en plena campaña

La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) alertó sobre el alto riesgo sanitario que enfrenta el trigo en esta campaña por el avance de la mancha amarilla (Drechslera tritici-repentis), una enfermedad foliar que, favorecida por las condiciones ambientales actuales, podría comprometer seriamente los rendimientos. Según la entidad, la alta humedad de las últimas semanas y la expansión de cepas resistentes configuran "un terreno difícil para el manejo de este viejo enemigo", que en ataques severos puede reducir el rinde hasta un 20%.

El patógeno se mantiene en los rastrojos infectados del año anterior y se propaga con temperaturas entre 18 y 28 °C y prolongados períodos de humedad foliar. En este contexto, los especialistas advierten que el monitoreo temprano y el diagnóstico preciso son esenciales, ya que los síntomas pueden confundirse con otras enfermedades. "Los daños comienzan con manchas amarillentas o castañas en las hojas inferiores que luego se tornan pajizas y adoptan un halo clorótico con un centro oscuro en forma de ‘ojo'", explicó la fitopatóloga Cristina Palacio, directora del Laboratorio SIEF y referente de la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid.

Palacio señaló que la patología es recurrente en campañas húmedas y que el mayor riesgo ocurre cuando la infección progresa hacia las hojas superiores en la etapa de llenado de grano. "Severidades mayores al 30 o 40% pueden provocar pérdidas de hasta 20% del rendimiento", advirtió la especialista, quien también remarcó la necesidad de ajustar las prácticas de manejo y rotar cultivos y variedades para reducir la presión de inóculo.

El aspecto más preocupante del informe es el avance de la resistencia a fungicidas, especialmente dentro del grupo de las estrobilurinas, que ya no resultan efectivas frente a la mayoría de las cepas detectadas. 

"El 90% de los aislamientos de D. tritici-repentis presenta mutaciones que confieren resistencia cruzada a todas las estrobilurinas", detalló Aapresid. Los triazoles todavía muestran cierta efectividad, aunque activos como ciproconazole y tebuconazole han reducido su desempeño, mientras que las carboxamidas siguen siendo las más eficaces para el control de la enfermedad.

La REM recomienda que el uso de fungicidas se base en estrategias anti-resistencia, lo que incluye la rotación de modos de acción, la mezcla de activos y la aplicación oportuna, además del respeto a las dosis de marbete. También sugiere incorporar alternativas como multisitios o biofungicidas, con el objetivo de reducir la presión del hongo y prolongar la vida útil de las moléculas disponibles. "El manejo integrado, sumado al diagnóstico temprano y al uso racional de productos, es hoy la mejor herramienta para enfrentar la mancha amarilla", concluyeron desde Aapresid.

Con una campaña que se perfila húmeda y con temperaturas ideales para el desarrollo de patógenos, la advertencia llega en un momento clave. El desafío, sostienen los técnicos, será mantener la sanidad del trigo sin depender exclusivamente del control químico, entendiendo que cada punto de rinde perdido es un dólar menos que deja de ingresar al país, en un año en el que el agro argentino vuelve a ser decisivo para la economía nacional.

Agrolatam.com
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