México consolida su liderazgo hortícola en el mercado de Estados Unidos
Los envíos de frutas y hortalizas mexicanas crecieron 61% en una década, impulsados por ventajas logísticas, clima y cercanía comercial.
En poco más de una década, México se consolidó como el principal proveedor hortícola de Estados Unidos, un mercado que absorbe más del 60% de sus exportaciones agrícolas.
Según datos del Servicio de Investigación Económica del USDA, el país norteamericano importó en 2023 US$20.200 millones en productos hortícolas frescos de origen mexicano, lo que representa el 61% del total de sus compras internacionales de este tipo de bienes.
En segundo lugar se ubicó Canadá, con US$5.900 millones (18%), seguida de Chile con US$1.800 millones (5%), mientras que Perú, Guatemala, Costa Rica y Honduras completaron el listado de proveedores relevantes.
Los aguacates, frutos rojos y tomates son los pilares del comercio hortícola bilateral. El año pasado, las berries mexicanas generaron US$4.300 millones en ventas, lideradas por arándanos, frambuesas y moras, que representaron tres cuartas partes del valor total.
Por su parte, el aguacate alcanzó US$3.100 millones, consolidándose como uno de los productos agrícolas más valiosos del comercio entre ambos países.
Ventajas geográficas y estacionales sostienen el dominio mexicano
El crecimiento de México como potencia hortícola se explica por una combinación de factores geográficos, económicos y productivos.
Su proximidad a los principales centros de consumo estadounidense, junto con una red carretera interconectada de más de 3.000 kilómetros, permite transportar frutas y hortalizas en menos de 48 horas desde los campos del centro y norte de México hasta los mercados del sur de California, Texas o Florida.
A esto se suma un clima diverso y favorable que permite mantener producción continua durante gran parte del año, especialmente en los meses de invierno y primavera, cuando la producción estadounidense disminuye.
"Esa complementariedad estacional hace que México no compita directamente con los agricultores estadounidenses, sino que cubra la ventana de baja oferta interna", señalan analistas del sector.
Las políticas de liberalización comercial y los acuerdos de coordinación sanitaria también han sido determinantes. Desde la entrada en vigor de los tratados regionales de libre comercio, las exportaciones hortícolas mexicanas se beneficiaron de aranceles reducidos y protocolos fitosanitarios armonizados, lo que facilitó su ingreso al mercado norteamericano.
Otro factor relevante es el costo relativo de la mano de obra agrícola, sensiblemente menor al de Estados Unidos, que junto con la inversión estadounidense en el sector hortícola mexicano ha favorecido una expansión conjunta de capital, tecnología y logística.
La temporada de exportación mexicana de hortalizas alcanza su punto máximo entre enero y abril, cuando el abastecimiento local estadounidense cae, mientras que los envíos de berries y aguacates se concentran entre febrero y junio, acompañando los ciclos de demanda.
Esta estructura permite a México mantener una oferta constante y competitiva a lo largo del año, con una participación creciente en los canales de distribución mayorista y minorista.
Entre 2014 y 2023, la participación mexicana en las importaciones hortícolas de Estados Unidos pasó del 53% al 61%, un crecimiento sostenido que refleja su capacidad de adaptación y escala productiva.
En el mismo período, la exportación de frutas frescas hacia el norte aumentó más del 30% en volumen, impulsada por el auge de los frutos rojos, aguacates y cítricos, además de la expansión de nuevas áreas productivas en Michoacán, Sinaloa, Jalisco y Baja California.
El desafío ahora es sostener ese liderazgo frente a la competencia de Sudamérica, donde Perú y Chile han logrado posicionarse con fuerza en uvas, arándanos y paltas.
Expertos señalan que la inversión en infraestructura postcosecha, la certificación fitosanitaria y la innovación genética serán claves para mantener la preferencia del mercado estadounidense en la próxima década.
"México ha construido un modelo hortícola competitivo, integrado y complementario con Estados Unidos. El reto será mantenerlo sostenible en términos ambientales, laborales y de diversificación comercial", advierten los especialistas.