Arranca la nueva zafra lanera uruguaya con expectativas de mejora en los precios
La apertura de la nueva zafra lanera genera expectativa entre productores y operadores por un posible repunte de precios, aunque persisten desafíos en la comercialización y la demanda internacional.
Con renovadas expectativas se dio inicio a la nueva zafra lanera en Uruguay, en un contexto de precios históricamente deprimidos pero con señales de recuperación moderada. Productores y operadores del rubro proyectan una temporada que podría mostrar cierta mejora en los valores, impulsada por la reducción de stocks a nivel internacional y un interés incipiente en lanas finas y certificadas.
Durante los últimos años, el sector lanero nacional ha enfrentado bajos niveles de demanda, altos costos logísticos y exigencias sanitarias cada vez más estrictas, lo que afectó la colocación y competitividad de la fibra. Sin embargo, referentes del mercado apuntan a que la menor oferta global y la búsqueda de fibras naturales y sustentables podrían abrir nuevas oportunidades.
Perspectivas de suba moderada
Los primeros negocios de la temporada comenzaron a marcar referencias, aunque sin grandes sorpresas. Si bien los precios aún no alcanzan niveles considerados satisfactorios para la rentabilidad del productor, la perspectiva de la industria es que podrían consolidarse ajustes al alza a medida que avance la comercialización y se vayan confirmando las calidades y volúmenes disponibles.
La competencia con las fibras sintéticas, los cambios en los hábitos de consumo y la incertidumbre económica internacional siguen jugando un papel relevante en la dinámica de la demanda. Aun así, desde el sector destacan la resiliencia del producto uruguayo y su posicionamiento como fibra premium a nivel mundial.
Certificaciones y mercados
Otro punto clave para esta zafra es la valorización de lanas con certificación de bienestar animal, trazabilidad y sustentabilidad, atributos cada vez más demandados por los compradores en Europa, Estados Unidos y Asia. Los productores uruguayos están reforzando protocolos y prácticas para cumplir con estos estándares, lo que también podría traducirse en mejores precios.
Además, la búsqueda de destinos alternativos para colocar la lana ha sido otro frente de trabajo, con estrategias para diversificar mercados y reducir la dependencia de los grandes compradores tradicionales.
Mirada hacia adelante
El arranque de la zafra lanera, en definitiva, abre un período de cautela, pero también de esperanza. Los operadores coinciden en que la calidad de la lana uruguaya sigue siendo su carta más fuerte, sumada a los sistemas de producción extensivos y sostenibles que caracterizan al país.
En este escenario, se espera que las próximas semanas sean claves para definir precios de referencia y condiciones de venta, mientras el sector continúa apostando a sostener su lugar en el mercado internacional, con un producto diferenciado y de alto valor agregado