México

Ganaderos de Nuevo México reestructuran sus estrategias para enfrentar la sequía extrema

La prolongada escasez de lluvias obliga a los productores ganaderos de Nuevo México a ajustar planes de alimentación, reducir rodeos y priorizar la gestión sostenible del agua para proteger la actividad.

La grave sequía que golpea a Nuevo México no da tregua, y los productores ganaderos han debido implementar medidas drásticas para proteger sus rodeos y sostener la actividad económica en la región. La falta de lluvias en los últimos años ha reducido la disponibilidad de pasturas, agotado fuentes de agua y disparado los costos de suplementación alimenticia, obligando a los rancheros a repensar sus estrategias de manejo.

Los ganaderos están ajustando la carga animal, reduciendo el número de cabezas para equilibrar la oferta forrajera con la capacidad real de los campos, una decisión dura pero necesaria para evitar el deterioro de los suelos y la pérdida de productividad futura. Esta medida también ayuda a preservar las reservas hídricas, un recurso cada vez más escaso y vital para la subsistencia de la actividad.

Al mismo tiempo, muchos productores están diversificando fuentes de alimentación, incorporando suplementos y evaluando alternativas de forrajes conservados. La planificación estratégica de la alimentación se volvió prioritaria, ya que las condiciones climáticas adversas podrían prolongarse e incluso agravarse en los próximos meses, según alertan los pronósticos meteorológicos.

Expertos en producción ganadera sostienen que la gestión del agua se convirtió en el eje central de la sostenibilidad de la ganadería en el suroeste de Estados Unidos. Iniciativas como la perforación de nuevos pozos, la mejora de sistemas de almacenamiento y la optimización de bebederos están siendo acompañadas por capacitaciones técnicas para un uso más eficiente y racional del recurso.

La colaboración entre rancheros, entidades de investigación y organismos estatales ha sido clave para compartir buenas prácticas, acceder a asistencia técnica y buscar soluciones conjuntas. Programas de monitoreo de sequía, evaluaciones periódicas de la condición de los pastizales y alertas tempranas forman parte de un paquete de herramientas que permiten a los productores anticipar decisiones y minimizar pérdidas.

Sin embargo, los desafíos siguen siendo enormes. La prolongación de la sequía no solo amenaza la rentabilidad de las explotaciones, sino también la estabilidad de las comunidades rurales que dependen directa o indirectamente de la ganadería. Muchos productores han debido recurrir a créditos de emergencia o ajustar drásticamente sus presupuestos familiares, mientras esperan señales de alivio climático.

Autoridades locales reconocen la urgencia de fortalecer políticas de apoyo a la ganadería frente a escenarios de variabilidad climática creciente, incluyendo incentivos a tecnologías de riego más eficientes, planes de manejo sostenible y líneas de financiamiento específicas para mitigar el impacto de la sequía.

La situación de los ganaderos de Nuevo México refleja los enormes retos que impone el cambio climático a la producción ganadera tradicional. La capacidad de adaptación, la cooperación entre actores y la innovación en las prácticas productivas serán determinantes para que esta actividad logre sostenerse en el tiempo sin comprometer el equilibrio ambiental y social de las zonas rurales.

Agrolatam.com
Esta nota habla de: