América Latina

Alerta en Centroamérica: OMSA pide más coordinación para frenar al gusano barrenador

La Organización Mundial de Sanidad Animal registró más de 20.000 nuevos brotes en la región y advierte sobre el impacto en la salud animal, humana y ambiental.

La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) encendió las alarmas en Centroamérica y México tras confirmar la expansión acelerada del gusano barrenador de ganado (GBG), una parasitosis grave que afecta tanto a animales como a seres humanos. En un comunicado reciente, la entidad informó la aparición de más de 20.000 nuevos brotes reportados a través del Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (WAHIS).

El organismo subrayó que la prevención y el control del gusano barrenador "son desafiantes y requieren esfuerzos coordinados a largo plazo por parte de los países afectados y en riesgo". La enfermedad, de origen zoonótico, amenaza la ganadería regional, la salud pública y la biodiversidad.

¿Qué es el gusano barrenador?

El gusano barrenador está asociado a la mosca Cochliomyia hominivorax, cuyos huevos se depositan en heridas abiertas de animales y personas. Al eclosionar, las larvas se alimentan del tejido vivo, provocando lesiones profundas, infecciones secundarias y, en casos severos, la muerte.

La enfermedad, también conocida como miasis, carece de vacuna y puede permanecer como un problema persistente en zonas tropicales. Su control ha sido históricamente difícil, aunque existen programas de erradicación que utilizan la liberación de machos estériles para reducir la población de moscas, con avances importantes en México, donde se concentra actualmente la estrategia más sólida.

Avance de la plaga en la región

El primer foco en Centroamérica se detectó en Panamá en junio de 2023, en la zona selvática del Darién. Desde allí, la enfermedad se expandió rápidamente hacia el norte.

En El Salvador, el Ministerio de Salud reportó el primer caso en humanos en diciembre de 2024, en el municipio de Morazán Sur. Hasta junio de 2025, se registraron 2.973 casos positivos en ganado, lo que representa un 3% del total de 98.986 brotes notificados por OIRSA en toda la región. También se confirmaron al menos cuatro personas infectadas con miasis causada por el gusano barrenador.

Llamado a la acción de la OMSA

Frente al incremento de casos, la OMSA convocó a reforzar la colaboración entre autoridades pecuarias, servicios de salud, medio ambiente y control fronterizo bajo el concepto de "una sola salud", que integra la vigilancia animal y humana.

El organismo recomendó medidas urgentes:

Inspecciones clínicas exhaustivas en animales.

Tratamiento inmediato de heridas para evitar la proliferación de larvas.

Buenas prácticas de manejo y bioseguridad en el cuidado del ganado.

Cuarentena y certificación veterinaria en los traslados de animales.

Aplicación de insecticidas en baños o rociados preventivos.

La OMSA enfatizó que los grupos humanos más vulnerables son niños, ancianos y personas inmunocomprometidas, quienes pueden sufrir consecuencias graves ante una infección.

Un reto regional

La magnitud del brote obliga a Centroamérica y México a diseñar estrategias conjuntas. La propagación del gusano barrenador pone en riesgo no solo la productividad pecuaria, sino también la seguridad alimentaria y las exportaciones ganaderas de la región.

La activación del Mecanismo del Marco Mundial para el Control Progresivo de las Enfermedades Transfronterizas de los Animales (GF-TADs) busca precisamente coordinar acciones, compartir experiencias y reforzar la capacidad de respuesta de los países afectados.

En este contexto, la cooperación regional se vuelve clave. Sin una estrategia común, la enfermedad podría consolidarse como un problema estructural en los sistemas ganaderos y de salud pública de Centroamérica, con consecuencias a largo plazo para la población rural y la economía.

Agrolatam.com
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