Costa Rica

Alerta agrícola en Costa Rica por onda tropical con 70 % de formación ciclónica

La posible tormenta "Melissa" acecha el Caribe nacional y pone en vilo al agro exportador del banano, la piña y el cacao en zonas de Limón y norte.

El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) vigila de cerca la situación de la Onda Tropical#40, ubicada aproximadamente a 1.000 km al este del litoral caribeño costarricense, que presenta una trayectoria hacia el oeste a unos 15 a 20 km/h y un 70 % de probabilidad de evolucionar a tormenta tropical hacia finales de la semana. En caso de formación, recibiría el nombre de "Melissa".
El sistema ya ha generado lluvias y vientos con ráfagas en las Islas de Barlovento, y tanto el IMN como el National Hurricane Center de Estados Unidos coinciden en que las condiciones -aguas cálidas y baja cizalladura- favorecen su desarrollo.

Para el sector agrícola en Costa Rica este escenario representa una señal de alerta: las regiones del Caribe -especialmente la provincia de Limón- y las zonas norteñas concentran cultivos clave como el banano, la piña y el cacao, todos orientados a la exportación. Un sistema activo con lluvias persistentes puede saturar suelos, comprometer las cosechas, dificultar el transporte de fruta hacia terminales portuarias y favorecer el desarrollo de enfermedades en los cultivos.

Impactos esperados para el agro

Si la onda tropical se fortalece y se acerca al territorio nacional, podrían registrarse lluvias intensas que afectarían cuencas fluviales como la del río Sixaola o Pacuare, ya cercanas al nivel de alerta tras recientes precipitaciones. Una precipitación prolongada en áreas de cultivo puede provocar encharcamientos, erosión, dificultad para movilizar la fruta-conforme rutas rurales se tornan intransitables-y daño a frutos expuestos o almacenados. En banano, la excesiva humedad incrementa el riesgo de enfermedades foliares; en cacao y raíces, los suelos saturados pueden generar pudriciones y caída de fruta antes de tiempo.

Las autoridades del Comisión Nacional de Emergencias (CNE) aún no han emitido alertas activas, aunque alistan sus protocolos de respuesta, en especial luego de episodios recientes de lluvias que pusieron en evidencia la vulnerabilidad en zonas agrícolas y vías de salida de la fruta. Mientras tanto, los productores y exportadores son llamados a monitorear de cerca la evolución del fenómeno y prever medidas de mitigación: asegurar el drenaje en fincas, revisar el estado de caminos internos, prever almacenajes seguros y evaluar el transporte con anticipación.

Trayectoria e incertidumbre en el horizonte

Los modelos meteorológicos difieren sobre la trayectoria que tomará la onda tropical. Algunas simulaciones la encaminan hacia el norte, hacia Cuba o el Golfo de México, lo que podría reducir el impacto directo en Costa Rica. Otras, en cambio, la mantienen en el occidente del Caribe, lo que podría favorecer que la humedad residual se canalice hacia el Caribe costarricense mediante la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) y provoque lluvias persistentes. En cualquiera de los escenarios, aunque la formación como tormenta no se materialice plenamente, el país debe prepararse para un aumento de nubosidad, lluvias dispersas y aguaceros entre mediados y finales de semana.

Para el sector agro, lo clave será la vigilancia activa de las condiciones locales: monitoreo de niveles de ríos, estado del suelo, accesos de finca a puerto y comunicación con agentes logísticos. Si bien todavía hay tiempo para prepararse, el margen es estrecho y el clima del Caribe costarricense recuerda que los cambios pueden producirse de forma rápida durante la temporada.

Con la cuenta regresiva ya en marcha, el agro costarricense queda en vilo: la onda tropical #40 podría convertirse en una amenaza tangible para los cultivos más estratégicos del país y su salida exportadora.

Agrolatam.com
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