Palta chilena: estabilidad, sostenibilidad y nuevos mercados para 2026
Europa seguirá siendo el principal destino, mientras crece la demanda regional y se refuerzan los compromisos en sostenibilidad.
Luego de alcanzar en 2024-2025 su mayor cosecha en quince años, la industria chilena de la palta se prepara para un nuevo ciclo marcado por la estabilidad. El Comité de Paltas de Chile estima una producción cercana a las 240 mil toneladas para la temporada 2025-2026, cifra prácticamente igual a la del ciclo anterior, lo que el sector interpreta como una señal de madurez y consistencia.
"Mantener un nivel de producción tan alto como el de la última campaña es una excelente noticia", afirmó Francisco Contardo-Sfeir, presidente ejecutivo del Comité. El dirigente explicó que este desempeño responde a una combinación de factores climáticos favorables, uso eficiente del agua, mejoras agronómicas y un modelo de sostenibilidad consolidado que el gremio impulsa desde 2020, alineado con la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
"Hemos profundizado en prácticas agrícolas responsables que buscan que la producción beneficie a las personas, a las comunidades rurales y al medioambiente", añadió Contardo-Sfeir, destacando que la sostenibilidad ya forma parte estructural del negocio y no solo un valor adicional.
Chile combina una sólida vocación exportadora con un mercado interno robusto. En la última temporada, el 57 % de la palta se destinó a exportación y el 43 % se consumió localmente, con un consumo per cápita de 8,6 kilos anuales, el segundo más alto del mundo.
Este fuerte consumo interno actúa como factor de estabilidad económica para productores y comercializadores, ayudando a amortiguar la volatilidad de los precios internacionales. Si se mantienen las proyecciones actuales, el balance de la nueva campaña repetirá esa proporción, con unas 136 a 138 mil toneladas destinadas a exportación y más de 100 mil toneladas al mercado local.
La diversificación de canales de venta y el crecimiento del consumo en hogares y gastronomía han sostenido la demanda interna, que continúa siendo una fuente clave de ingresos para pequeños y medianos productores.
Europa sigue liderando, Latinoamérica crece
En el frente exportador, Europa seguirá siendo el principal destino de la palta chilena, con mercados consolidados en Países Bajos, Reino Unido y España, mientras Latinoamérica muestra un crecimiento sostenido, impulsado por el aumento de las importaciones desde Argentina (+25 %) durante la última campaña.
El Comité de Paltas estima que América del Norte y Asia mantendrán un comportamiento estable, mientras se exploran nuevas oportunidades comerciales en mercados del Medio Oriente y el sudeste asiático.
Actualmente, la fruta chilena llega a cerca de 40 países, entre ellos Estados Unidos, China, Argentina y diversos destinos europeos, donde la trazabilidad, la certificación sanitaria y la calidad poscosecha refuerzan la reputación de Chile como proveedor confiable y sostenible.
Innovación y sostenibilidad, ejes del futuro
El sector de la palta chilena ha logrado fortalecer su competitividad gracias a la tecnificación del riego, la gestión inteligente de huertos y la automatización poscosecha, estrategias que le han permitido mantener productividad y calidad en un entorno internacional desafiante.
Para el Comité, la sostenibilidad se ha convertido en una condición esencial para competir globalmente. Las certificaciones ambientales, la gestión responsable del agua y la colaboración con comunidades locales son hoy factores decisivos para acceder a los mercados más exigentes.
"El escenario actual demuestra que contamos con un piso productivo sólido, sustentado en una superficie estable de 30 mil hectáreas y en el aprendizaje técnico acumulado. Esa estabilidad nos da visibilidad y confianza a lo largo de toda la cadena", subrayó Contardo-Sfeir.
De cara a 2026, el desafío será ordenar las ventanas comerciales, optimizar los calibres y la condición del fruto según destino y proteger los márgenes frente a la volatilidad logística y cambiaria.
La palta chilena se consolida así como uno de los pilares del agroexportador nacional, combinando eficiencia productiva, compromiso ambiental y expansión internacional en un modelo que ha convertido al país en referente mundial en fruticultura sostenible.