Perú proyecta hasta 17.000 toneladas de arándanos esta temporada
La región de La Libertad concentra gran parte de la producción nacional, con foco en Asia, Europa y Estados Unidos como principales destinos.
El sector arandanero peruano espera alcanzar entre 15.000 y 17.000 toneladas de producción en la presente campaña, consolidando a la región de La Libertad como una de las zonas más dinámicas del país en el rubro frutícola.
En el valle de Virú, se ubican algunas de las fincas más representativas del cultivo, que abarcan alrededor de 200 hectáreas de arándanos con potencial de expansión de hasta 2.000 hectáreas. Además de este fruto, la zona integra un portafolio productivo diversificado con cultivos de paltas, espárragos, pimientos y albahaca, fortaleciendo el perfil agroexportador de la región.
Los arándanos peruanos tienen como destinos prioritarios Europa, Estados Unidos y China, aunque en los últimos años también se observa interés en Japón e Indonesia, mercados que demandan estándares cada vez más estrictos de sabor, firmeza y vida poscosecha.
Innovación varietal y mercados exigentes
Actualmente se trabaja con decenas de variedades en ensayo y seis que se comercializan de manera consolidada. Entre las más destacadas figura la Ventura, que ofrece un buen equilibrio entre rendimiento -con rendimientos de 25 a 32 toneladas por hectárea-, vida poscosecha y calidad organoléptica, lo que permite colocar fruta en mercados lejanos como China.
Las condiciones agroclimáticas de La Libertad aportan ventajas competitivas: temperaturas máximas que no superan los 28 °C, mínimas por encima de 15 °C y disponibilidad hídrica garantizada por el proyecto Chavimochic. Sin embargo, también persisten desafíos como la alta nubosidad durante la cosecha y la escasa amplitud térmica, factores que pueden incidir en la maduración del fruto.
Un elemento clave para la sostenibilidad del sector es la renovación varietal. En Perú existen más de 5.000 hectáreas plantadas con Biloxi, una variedad temprana que será gradualmente reemplazada por materiales más competitivos, mejor adaptados a los mercados internacionales y con mayores atributos de calidad.
El mercado estadounidense continúa siendo un pilar de la industria, aunque la reciente aplicación de nuevos aranceles por parte de ese país genera inquietud en los exportadores, quienes proyectan mitigar su impacto a través de mejoras en la eficiencia productiva y la gestión de recursos.
Con una estrategia que combina diversificación genética, planificación comercial y expansión de mercados, la industria arandanera peruana busca afianzar su posición en la élite de la agroexportación mundial.