Los granos andinos peruanos conquistan mercados y superan los USD 52 millones en exportaciones
El comercio exterior de quinua, kiwicha y cañihua mantiene su dinamismo hasta abril, consolidando a Perú como referente de alimentos nutritivos y sostenibles.
Perú reafirma su posición como potencia mundial en granos andinos, gracias a un desempeño exportador que a abril de este año ya superó los USD 52,5 millones en ventas al exterior. Productos como la quinua, la kiwicha y la cañihua mantienen su firme posicionamiento en nichos de consumo saludables, tanto en Norteamérica como en Europa y Asia, demostrando que el valor de estos alimentos va mucho más allá de su aporte cultural.
De acuerdo con datos oficiales, los embarques sumaron 9.587 toneladas en el período analizado, cifra que refleja la confianza de los compradores internacionales en la calidad de la oferta peruana. La quinua sigue siendo el motor de este éxito, con un volumen de 8.656 toneladas exportadas y un valor superior a los USD 47,5 millones, representando más del 90% de las divisas generadas en el rubro.
Los mercados de Estados Unidos, Canadá, Países Bajos, Alemania y Australia continúan liderando la demanda de estos superalimentos peruanos. Analistas del sector destacan que el consumidor internacional valora cada vez más el origen sostenible de la producción, la trazabilidad y los beneficios nutricionales de los granos andinos, lo que consolida a Perú como proveedor confiable y competitivo.
En el caso de la kiwicha, las exportaciones alcanzaron USD 3,4 millones con 618 toneladas despachadas, mientras que la cañihua sumó USD 1,4 millones en ventas por 312 toneladas, demostrando un crecimiento estable y sostenido. Estos productos, aunque en menores volúmenes que la quinua, amplían la diversidad de la canasta agroexportadora y contribuyen a dinamizar las economías rurales de las zonas altoandinas.
El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) resaltó el trabajo coordinado con asociaciones de productores, empresas exportadoras y organismos de certificación, que permite garantizar estándares de calidad exigidos por los mercados más sofisticados. Asimismo, se ha priorizado la capacitación para implementar prácticas agrícolas sostenibles y mejorar la productividad de los pequeños agricultores.
Uno de los retos señalados por el sector es la fluctuación de los precios internacionales, que depende de factores climáticos y de la competencia con otros países productores. Por ello, las autoridades promueven estrategias de diferenciación mediante certificaciones orgánicas, sellos de comercio justo y denominaciones de origen, que aportan valor agregado y blindan la rentabilidad de los productores frente a la volatilidad del mercado.
En términos sociales, la cadena de los granos andinos involucra a miles de familias campesinas que encuentran en estos cultivos una vía para mejorar sus ingresos y reducir la migración hacia las ciudades. Organizaciones de agricultores destacan el impacto positivo de la demanda global, que estimula inversiones en infraestructura rural, acceso a financiamiento y mejores condiciones de vida en las zonas de producción.
Las proyecciones para el segundo semestre de 2025 se mantienen optimistas, considerando que el interés mundial por alimentos funcionales y con alto valor nutritivo sigue en expansión. Especialistas prevén que la quinua y sus derivados seguirán siendo protagonistas en ferias internacionales y negociaciones comerciales, gracias a su perfil de alimento ancestral con proyección de futuro.
Los granos andinos peruanos consolidan su lugar en la mesa mundial, no solo como productos saludables y sostenibles, sino también como un motor de desarrollo económico y social para el país. La estrategia de articular al productor con el mercado externo, de la mano de políticas públicas y alianzas privadas, permite que Perú conserve su liderazgo y proyecte a sus alimentos originarios como verdaderos embajadores de la biodiversidad andina.