América Latina

El precio del banano sigue bajo mientras los costos de producción se disparan

Productores de América Latina advierten que los precios internacionales no cubren los costos reales del cultivo, poniendo en riesgo la sostenibilidad del sector.

Aunque el banano continúa siendo una de las frutas más accesibles del mercado global, su producción es cada vez más costosa. El aumento de los insumos agrícolas, la mano de obra, el transporte y los procesos de certificación está presionando a los productores de América Latina y el Caribe, mientras los precios internacionales permanecen casi estancados.

"El precio no refleja el costo real de producir", señalan representantes de asociaciones de pequeños productores de la región, quienes alertan que muchos agricultores ya operan con márgenes mínimos o en pérdida. La diferencia entre los precios pagados por los supermercados europeos y los costos de cumplimiento normativo se ha convertido en un desafío estructural para la sostenibilidad del banano latinoamericano.

Costos en alza y rendimientos en baja

El cambio climático es otro factor que ha reducido la productividad en países tropicales. Lluvias irregulares, plagas resistentes y temperaturas extremas afectan la floración y maduración de las plantas. A la vez, los costos de logística internacional se mantienen elevados, con aumentos en fletes y seguros que complican la rentabilidad.

A esto se suman los gastos derivados de las nuevas exigencias ambientales y sociales que Europa impulsa en sus cadenas de suministro. Las regulaciones sobre debida diligencia, sostenibilidad y deforestación exigen más controles, auditorías y certificaciones. "El problema no es la norma en sí, sino que el mercado no asume el costo que implica cumplirla", señalan los representantes del sector.

En respuesta a esta situación, diversas organizaciones buscan establecer precios mínimos de referencia que permitan a los productores cubrir sus costos básicos de operación y avanzar hacia sistemas más sostenibles.
Estos valores sirven como punto de equilibrio entre el costo de producción y el margen necesario para garantizar condiciones laborales dignas. "La verdadera sostenibilidad empieza por un precio que cubra los costos reales", afirman los voceros consultados.

Uno de los temas más discutidos en foros internacionales es el salario digno, apoyado por varias cadenas de supermercados europeas. En los últimos años se han desarrollado herramientas y metodologías para evaluar el ingreso real de los trabajadores rurales. Sin embargo, los expertos coinciden en que no puede haber salario justo si los precios de compra siguen por debajo de los costos productivos.

El endurecimiento de las normativas europeas ha aumentado los requisitos para exportar, especialmente en materia de trazabilidad, derechos laborales y gestión ambiental. Para los pequeños y medianos productores latinoamericanos, cumplir con todos los estándares resulta complejo ante la falta de financiamiento y asistencia técnica.

"Estamos comprometidos con producir de forma responsable, pero sin apoyo financiero ni formación técnica adecuada, es muy difícil cumplir todas las exigencias", reconocen los representantes gremiales.

Hacia una producción más equitativa

Las propuestas que surgen desde América Latina plantean un enfoque técnico basado en los costos de producción, más que en la negociación directa de precios. "Si hablar de precios está restringido, hablemos de costos. Un precio justo debe sustentarse en los costos totales", sostienen los líderes del sector.

La discusión también abarca la brecha de género y las condiciones laborales en el campo, con iniciativas que promueven el diálogo, la prevención de la violencia y la igualdad de oportunidades. Estas acciones buscan fortalecer el tejido social de las fincas y visibilizar problemáticas históricamente ignoradas.

El consenso entre productores es claro: el precio del banano no puede seguir desconectado de los costos reales. Si la cadena de suministro global no ajusta sus márgenes, la sostenibilidad ambiental y social será inviable.

Los agricultores latinoamericanos insisten en que el precio mínimo no es el más alto del mercado, sino el necesario para cubrir los gastos básicos de cultivo, certificación y cumplimiento normativo, y así avanzar hacia una producción más equitativa y sostenible.

Solo con precios que reflejen el verdadero costo de producir, el banano de América Latina podrá mantener su liderazgo mundial sin comprometer el futuro de las comunidades rurales que lo hacen posible.

Agrolatam.com
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