Lluvias significativas en el horizonte: alerta para el Litoral, el NEA y el norte bonaerense
,Los principales modelos internacionales anticipan un pulso de precipitaciones importantes en el último tramo del mes. El agro se prepara para un aporte hídrico clave, aunque persisten los riesgos de excesos.
Después de varias semanas de tiempo estable y temperaturas templadas, septiembre podría cerrar con un evento climático de impacto. Según los modelos internacionales ECMWF (Europa) y GFS (Estados Unidos), ambos coinciden en proyectar lluvias significativas sobre una amplia franja del país hacia el final de la próxima semana, con foco en el Litoral, el noreste argentino y el norte de Buenos Aires.
Los especialistas advierten que, aunque no se esperan acumulados tan extremos como los de fines de agosto -cuando se superaron los 300 milímetros en sectores del centro del país-, la magnitud del evento proyectado podría generar un balance hídrico destacado en las regiones agrícolas clave.
Proyección de temperaturas para el próximo martes de acuerdo al modelo ECMWF.
El escenario previsto se daría entre el fin de semana entrante y los primeros días de la última semana de septiembre, cuando el ingreso de un frente frío desde el sudoeste interactúe con la persistencia de aire cálido y húmedo en la franja central. Esta combinación crea el caldo de cultivo para lluvias y tormentas de intensidad considerable.
La coincidencia entre el ECMWF y el GFS en cuanto a la ubicación y magnitud del evento otorga mayor solidez a la proyección, lo que llevó a Meteored a colocar el foco de vigilancia sobre esta tendencia.
Proyección de acumulados de lluvia hasta el martes próximo según el modelo de referencia ECMWF.
Si bien aún falta confirmar detalles y los acumulados finales pueden variar, los analistas sostienen que el riesgo de excesos hídricos existe y que el seguimiento de las próximas actualizaciones será fundamental, sobre todo para el sector agropecuario. Productores de soja, maíz y trigo en el Litoral y el norte bonaerense deberán estar atentos, ya que el agua extra podría ser un alivio para el arranque de la campaña, pero también un problema logístico en zonas donde los suelos ya están saturados.
El fenómeno se enmarca en una etapa de transición estacional: al final del invierno, el ingreso de pulsos de aire frío suele potenciar los contrastes con las masas cálidas y húmedas del norte. Esa tensión atmosférica es la que, según los pronósticos, podría disparar las lluvias más relevantes del mes.
De confirmarse este escenario, septiembre cerraría con un nuevo aporte de agua de magnitud, consolidando un mes marcado por la variabilidad climática. Para el agro, la conclusión es clara: será clave monitorear en tiempo real la evolución del clima, porque el agua que se presenta como bendición también puede transformarse en amenaza.