Renault y Chery negocian fabricar pickups en la Argentina: qué se juega en la región
Las automotrices francesa y china mantienen conversaciones para producir vehículos en Sudamérica. En Córdoba podría instalarse una línea de pickups híbridas enchufables, lo que abriría un nuevo capítulo para la industria nacional.
Según trascendió en un informe de Bloomberg, Renault y Chery analizan una alianza estratégica para fabricar y comercializar vehículos en América Latina. Las negociaciones se encuentran en una etapa preliminar, pero ya se plantean escenarios concretos que involucran a Colombia y Argentina como centros de producción.
En el caso colombiano, el plan contempla que la planta de Renault en Envigado se utilice para la fabricación de modelos con motores de combustión interna, muchos de los cuales serían comercializados bajo la marca Renault. En tanto, en Argentina gana fuerza la posibilidad de invertir en la planta de Córdoba, donde podría instalarse una línea de producción de pickups híbridas enchufables. Bajo este esquema, Renault funcionaría como distribuidor oficial de los vehículos, aprovechando su red consolidada en la región.
Chery.
El proyecto no solo representa una oportunidad industrial, sino también un gesto de apuesta a la transición energética en la industria automotriz argentina, que hasta ahora avanza con pasos más tímidos respecto a otras regiones. Una pickup híbrida fabricada en Córdoba colocaría al país en un nivel de innovación inédito dentro del mercado regional, con la posibilidad de abastecer tanto al mercado interno como a mercados vecinos.
Sin embargo, las conversaciones están atravesadas por desafíos e incertidumbres. La negociación comenzó durante la gestión del expresidente ejecutivo de Renault, Luca de Meo, y todavía no existe garantía de que concluya en un acuerdo definitivo. Una de las principales dudas pasa por el manejo del riesgo tecnológico y la transferencia de know-how: en un contexto global donde muchos países muestran cautela ante el intercambio de tecnología con empresas extranjeras, la decisión de abrir parte de los procesos productivos a una compañía china como Chery no está exenta de tensiones.
Chery
Además, el proyecto deberá sortear factores clave como la viabilidad financiera, la relación costo-beneficio de invertir en mercados con demanda volátil, y la adaptación a regulaciones locales, costos logísticos y barreras arancelarias. A eso se suma la competencia con otros fabricantes internacionales ya instalados en Sudamérica, que en los últimos años han reforzado su producción local para ganar terreno en el mercado regional.
Chery.
De concretarse, la iniciativa tendría varias implicancias estratégicas. En primer lugar, podría significar una reactivación industrial en la Argentina y la región, con impacto directo en empleo y dinamismo en la cadena de autopartes. En segundo lugar, abriría la puerta a una transferencia tecnológica de Chery hacia Renault, particularmente en lo que respecta a movilidad eléctrica e híbrida. Y en tercer lugar, podría intensificar la competencia frente a gigantes globales como Toyota, Volkswagen o Stellantis, que ya producen en la región con fuerte presencia en el segmento de pickups.
La gran incógnita es si el mercado sudamericano tendrá la demanda suficiente para sostener una apuesta de esta magnitud. En los últimos años, el consumo automotor en la región ha mostrado vaivenes ligados a la macroeconomía, la inflación y las restricciones a la importación en algunos países. La clave estará en el posicionamiento de precios, el diseño de productos adaptados a las preferencias locales y la capacidad logística para abastecer de manera eficiente a los distintos mercados.
En síntesis, la eventual alianza entre Renault y Chery abre una ventana de oportunidad para la industria automotriz argentina, que podría sumar un proyecto de alto valor agregado en un segmento estratégico como el de las pickups. Si las negociaciones prosperan, Córdoba podría convertirse en un polo de innovación híbrida para toda Sudamérica, con beneficios en empleo, tecnología y competitividad. Pero hasta tanto no haya definiciones, el acuerdo sigue siendo una apuesta en el tablero global de la industria automotriz.