Retenciones al Campo: Milei juega fuerte y el agro redefine su estrategia productiva
¿Una medida fiscal o una jugada electoral? La rebaja "permanente" de retenciones anunciada por el Gobierno nacional sacude al campo argentino. ¿Cómo reaccionan los productores y qué impacto tendrá en las decisiones de siembra y liquidación de granos?
¿Una medida fiscal o una jugada electoral? La reciente decisión del presidente Javier Milei de reducir de forma permanente las retenciones a las exportaciones agropecuarias generó un fuerte impacto en el sector y en toda la economía rural argentina. El anuncio, que incluye bajas en los derechos de exportación para soja, maíz, carne, sorgo, girasol y subproductos, llega en un momento clave: la planificación de la próxima campaña agrícola.
En concreto, el Gobierno dispuso una rebaja significativa de las alícuotas, reduciendo por ejemplo la retención a la soja del 33% al 26%, al maíz del 12% al 9,5%, y a los subproductos de la soja del 31% al 24,5%. La carne bovina, en tanto, baja del 6,75% al 5%, mientras que el girasol pasará del 7% al 4%. Estas reducciones fueron calificadas por el propio Presidente como "permanentes", en un claro mensaje de estabilidad normativa hacia el productor.
Si bien la medida fue bien recibida en términos generales, algunos analistas advierten que el mercado ya había descontado parcialmente este escenario. Sin embargo, destacan que su efecto será significativo en el mediano plazo, especialmente en cuanto a la toma de decisiones sobre siembra, ventas y financiamiento.
Para Gustavo López, director de la consultora Agritrend, se trata de una "muy buena noticia porque activa la definición de la siembra del año que viene". López anticipa una posible recuperación del área sembrada y una campaña que podría ubicarse entre las más prometedoras, si el clima acompaña. "En el caso de la soja también creo que va a ser rentable. Si el clima es favorable, puede ser una de las mejores campañas. Hay que pensar que la de 2018-2019 fue la última alta, con 142 millones de toneladas. Después entramos en un estancamiento productivo".
Otro aspecto central es el impacto en las decisiones comerciales. Según Marianela De Emilio, analista de mercados y gestión de agroempresas, hasta la primera semana de julio había un 58% de la cosecha de soja y un 63% del maíz sin precio fijado. Esto significa que una parte importante de la producción no se había liquidado, en parte por la incertidumbre fiscal y en parte por la especulación con los precios futuros. La baja de retenciones permanente elimina el temor de subas futuras y genera una normalización en el ritmo de ventas.
"Después del 1° de julio se había frenado todo porque ya había mucho declarado y bastante vendido. Creo que esto va a llevar al productor a empezar a vender con más ritmo tras haberse frenado bastante", explicó López. Además, el anuncio coincide con un tipo de cambio más favorable para el agro, lo que potencia los efectos de la rebaja impositiva. "El mix de menos retenciones y tipo de cambio competitivo genera una distensión grande en el sector", señaló.
A nivel financiero, el alto costo del crédito sigue siendo un desafío, lo que lleva a muchos productores a autofinanciarse con ventas estratégicas de su producción. "Sacar créditos está caro. Entonces, el productor se va a autofinanciar más en la medida que mejora el precio local y que el crédito sigue siendo restrictivo", agregó De Emilio.
Desde una óptica más política, Javier Preciado Patiño, director de RIA Consultores y ex jefe de mercados agrícolas, subrayó el "timing político del anuncio". El Gobierno había permitido la suba de retenciones el 1° de julio, para luego reservarse un anuncio que incluso mejora el escenario anterior. "Esto hay que leerlo en clave política. Ya lo había hecho con trigo y cebada en su momento, cuando estaban por sembrar. Ahora, lo hace cuando se define maíz y soja", detalló.
Por su parte, la analista Lorena D'Angelo coincidió en que la medida es positiva, pero remarcó que "los precios ya lo tenían incorporado", por lo cual el impacto en las cotizaciones será marginal. Sin embargo, admitió que podría verse algún acomodamiento con leves subas en las próximas semanas, si el mercado responde con más demanda externa.
El contexto fiscal también cambia. Según Econométrica, las retenciones representan actualmente solo el 0,6% del PBI, un nivel históricamente bajo. Esta decisión de Milei podría interpretarse como el inicio de un replanteo estructural del sistema impositivo agropecuario, alineado con su visión de menor intervención estatal y estímulo a la exportación.