Rusia elimina retención al Trigo: Un giro que despierta expectativas globales
¿Qué implicancias tendrá para el mercado mundial del trigo? Rusia, líder indiscutido en exportación, ha decidido eliminar temporalmente la retención sobre su cereal por primera vez desde 2021.
Por primera vez desde 2021, Rusia decidió eliminar temporalmente el impuesto a la exportación de trigo. El cambio de política podría reconfigurar los flujos globales de este commodity clave, con efectos inmediatos sobre los precios y la competitividad de otros grandes exportadores, incluidos varios países de América Latina.
La medida, que rige desde el 9 de julio de 2025, responde a un giro en el cálculo del arancel vinculado a los precios de referencia, lo que derivó en un valor de retención igual a cero. Si bien técnicamente no es una eliminación formal del esquema, representa un cambio significativo en la política de comercialización del principal exportador mundial de trigo.
La retención rusa, instaurada en 2021, llegó a niveles de hasta 4.699 rublos por tonelada a comienzos de este año (alrededor de 60 dólares), afectando la rentabilidad y provocando una fuerte contracción en los envíos. La presión ejercida por el sector agrícola ruso surtió efecto luego de que el volumen exportado en junio cayera a 1,12 millones de toneladas, apenas un cuarto del mismo mes en 2024. En términos interanuales, Rusia acumuló una baja del 28% en sus exportaciones de trigo entre julio 2024 y junio 2025.
La decisión se produce en medio de una coyuntura crítica para el complejo triguero ruso, marcada por una de las peores cosechas de invierno en más de dos décadas, restricciones en insumos importados como semillas, y una migración creciente hacia cultivos alternativos como lentejas y garbanzos. Productores del sur del país denunciaron márgenes negativos y dificultades logísticas, factores que aceleraron el cambio de rumbo.
La reacción en los mercados internacionales fue inmediata. Los contratos de trigo en Euronext registraron bajas de hasta 3,75 euros para diciembre y 3,50 para marzo. También retrocedieron los precios del maíz, producto del efecto contagio. La reactivación de las exportaciones rusas podría ejercer una presión bajista sostenida sobre los precios globales en el corto plazo.
En términos de competitividad, la medida fortalece la posición de Rusia frente a sus competidores directos como Estados Unidos, Canadá, Australia y Ucrania. Al abaratar los envíos desde los puertos del Mar Negro, Moscú busca recuperar terreno perdido y reafirmar su liderazgo en el mercado global del trigo.
Sin embargo, la incertidumbre persiste. Si bien la eliminación temporal del impuesto puede impulsar los volúmenes embarcados, el sector aún enfrenta desafíos estructurales: baja inversión, deterioro de la infraestructura, y una política agroexportadora sujeta a vaivenes geopolíticos.
Para América Latina, especialmente para países con potencial exportador como Argentina o Paraguay, este giro ruso reabre interrogantes sobre los precios FOB, la diversificación de mercados y la capacidad de competir en un escenario más volátil. La reaparición de un gigante como Rusia con precios más agresivos puede condicionar las estrategias comerciales del Cono Sur y obligar a repensar mecanismos de protección, tecnificación y valor agregado.
La suspensión del impuesto ruso es mucho más que un alivio fiscal interno: es un movimiento estratégico en el tablero global del comercio agroalimentario. Y su efecto se sentirá más allá del Mar Negro.